Nostalgia después del viaje

Siempre he sido muy nostálgico. Me adapto muy fácilmente a situaciones nuevas, pero también las extraño mucho en cuanto terminan. Durante mi vida he tenido la suerte de realizar varios viajes "especiales" en el sentido de que no me fui solo a turistear, sino que de alguna manera llegué a formar parte de un grupo, convivir con ellos mucho tiempo en preparación para el viaje, y luego allá formamos una relación muy padre.

El intercambio en la primaria: tres semanas en Cincinnati, acompañado por 10 compañeros de la escuela y otros tantos gringos que ya habían venido, precedidas por un par de meses de reuniones y de salir a pasear con nuestros invitados. Las Olimpiadas de Matemáticas en Argentina y en Oaxaca, después de varios meses de entrenamientos con competidores que terminaron siendo amigos. Incluso el viaje a Chiapas con la obra de teatro Esto es Amor, después de tantos meses de ensayo --aunque ahí no me encariñé tanto con la gente--, y la boda de Indrani en Canadá hace poco --aunque ahí no hubo tanta convivencia con el mismo grupo desde antes, ni era yo de los protagonistas del viaje. Pero en cada uno de ellos hubo al menos un momento --en ocasiones duró un par de días; en otras, un par de meses-- en el que me quería aferrar a las fotos y a los recuerdos, en que no quería regresar a "casa", en que no quería soltar a la gente con quienes viví allá.

Siempre me pasa. No quiero regresar.

Siempre me pasa, que quiero regresar. Regresar allá, pero al mismo hotel, al mismo cuarto, con la misma gente. Al mismo momento.

Por fin me empezaron a soltar datos sobre la logística para irme a Japón. A cuentagotas. Lo único que hicieron fue ponernos en contacto por correo con la gente que se fue el año pasado.

Sólo eso.

Empezaron a llegar los correos. Que si hay que llevar antitranspirante porque allá no hay. Que si el dinero de la beca alcanza bien si te administras. Que si la hora de llegada a los dormitorios es a las 11pm, pero después puedes entrar por la puerta de atrás, mejor conocida como La puerta de los latinos.

Por ahí entre los mails se coló un video en Youtube, de la gente que fue en 2007. Por curiosidad y emoción, fui a verlo. Y de ahí fui a otro. Y luego a otro. Casi todos de cuando estaban a punto de regresar.

Desde hace tiempo estoy muy emocionado por mi viaje a Japón. Por ver las cosas de allá, y conocer los lugares, y lo que voy a aprender. Hay algo que no había tomado en cuenta. La gente. La gente que se va de aquí conmigo. La gente latina que voy a conocer allá y con quien voy a compartir mucho tiempo.

Después de un buen rato de estar viendo videos, estos chavos lograron contagiarme de su nostalgia. Todavía faltan 3 meses para que me vaya, y ya siento nostalgia. ¿Cómo es posible que me transfirieran ese sentimiento?

Esa nostalgia "falsa" es buena. Esa nostalgia que no es mía, sino de los compañeros de JICA '07, y que yo adopté por un momento, me servirá para nunca olvidar que debo de disfrutar al máximo cada momento oriental.

Ya recuerdo con orgullosa nostalgia cuando decidí entrar a clases de japonés en la AMJ, en esos salones apretaditos... Cuando busqué para mi tesis un tema que tuviera que ver con el curso... Cuando entré a las clases en el ICMJ... Cuando decidí renunciar a hp y decirles a Roberto y Erik "me voy a ir a Japón"... Cuando escribí en el hi5 mi perfil, "buscando una beca para ir a Japón..." Cuando le advertí a todo mundo en GNP que algún día no muy lejano me iría...

Hace un año... aún recuerdo lo que estaba haciendo hace un año. No fue hace mucho.

Dentro de un año ya habré regresado. Y estarán viendo videos como éstos, pero etiquetados "jica09", grupo del cual ya formo parte.

Definitivamente tengo que conseguir una buena cámara.

Hace no mucho tiempo alguien me dijo que no quería iniciar una relación por el dolor que implicaría terminarla. Y mi mejor amigo apoyó su opinión. Hoy, por un instante, un par de neuronas --que fueron secundadas por un par de fibras cardíacas-- tuvieron miedo de empezar el viaje, por la nostalgia que tendré cuando termine. Esas dos neuronas ya fueron debidamente sacrificadas, y ahora estoy más emocionado que nunca por partir.

Pronto seguramente empezarán a aparecer aquí nombres como Jesica, Juan Manuel, Miguel Ángel, Kary, Roger, Luis... y quién sabe qué otros nombres de otros países. Pronto, los escritos estarán etiquetados "desde Japón". Pronto estaré aquí.




Y todo empezó un día a mediados de 2006, con un póster que vi en el CIDE, el día del examen profesional de Indrani. "Convocatoria 2006. JICA-CONACYT. Programa de intercambio México Japón..."






Enlaces relacionados (si los ponía en el texto se me iban a distraer más)

2 comentarios:

silvestre dijo...

Ojalá que este viaje que estás por vivir se convierta en EL VIAJE.
Estoy cierto de que allá vivirás cosas extraordinarias y también
estoy seguro que una vez que regreses tendrás ya la posibilidad de vivir tu propia vida. (Se va tan rápido...) Y entonces no habrá nostalgia sino recuerdos.
Felicidades.

Miguel Matus dijo...

Que padre que nos compartas este post previo a tu viaje, o como dice Silvestre a El Viaje. Ojalá que puedas ir narrando tus experiencias a través de tu blog para acompañarte en él. Feliz viaje