Fe de erratas

Realmente no tengo mucho tiempo ahorita para escribir, pero ya llevo un rato con varias ideas sueltas en la cabeza y ahorita descubrí otras. Así que, sin más preámbulo, aquí está mi Fe de erratas:

Rojo, naranja, amarillo...

En la página de que el morado es un fraude, sí da las frecuencias exactas de rojo, verde, azul "puros". Bueno, da la longitud de onda, y ya con eso se saca. Pero ahorita no quiero pensar en eso. (Y menos ponerme a hacer todo el análisis de nuevo).

Más cerca de los 30:

Después de jugarle un rato, el de Meet the Robinsons no está tan chafa. Mmm bueno sólo he jugado una segunda vez.

Un buen regalo:

Ya me compré el mueblecito de DVDs. No creo que les interese que ponga una foto, ¿o sí?

6 dedos:

Psychobilly Freakout no está fea. John The Fisherman sí. Las feas son creo War Pigs, Madhouse, Laid to Rest, y definitivamente Institutionalized. Pero la peor peor peor peor peor peor de todas es la serie de ruidos estúpidos que sale cuando escoges "Yes We Can". Ésa es una de las que desbloqueas cuando juntas mucho dinero en el juego (ah porque ya saqué todas). No compren esa. Es mejor comprarle un tutú a alguno de los personajes y una guitarra hecha en China, si es que las hay. No me he metido a comprar guitarras ni ropa.

"Hoy me quedo..."

Con ese sentimiento empecé este blog. Afortunadamente hoy todo es distinto en ese aspecto. Tengo bastante en qué entretenerme.

Tecnicismos al azar

El lunes fue el cumpleaños de mi papá. Me puse guapo y le regalé un nuevo monitor para su compu, porque el que tenía ya estaba muy viejito y chiquito y aguantaba una resolución máxima de 800x600, además de que de repente se le va el color. Así que le regalé un LCD de 17", 1440 x milnosécuánto.

Y de pilón, me heredó su monitor.

Ahora, ustedes dirán, ¿para qué quiero yo un monitor viejito y chiquito? ¡Pues para conectarlo a mi lap como monitor secundario! Es como si tuvieras un monitor más ancho, pero partido en dos. Esto ya lo quería desde hace mucho, y a continuación les enlisto algunas aplicaciones que puede tener:

  • Puedes tener lo que estás trabajando/leyendo en tu monitor principal, y el Messenger y el Winamp en el secundario.
  • Puedes ver en pantalla completa dos videos porno a la vez.
  • Puedes tener las molestas ventanas auxiliares del Paint Shop Pro (Layers y Tool Options) en el monitor secundario.
  • Con el VLC, partes un video en dos ventanas, y ves cada mitad en un monitor como si fuera un monitor grandote (la verdad esto es menos divertido de lo que suena).
  • Abres dos browsers, en uno escribes tu blog y en otro vas buscando todos los links que quieres poner (como el del VLC)
  • Puedes ponerte a ver cuáles de los screensavers que tienes instalados pueden ocupar ambos monitores.
  • Puedes ver en pantalla completa dos videos porno a la vez.
  • mmm bueno ahorita no se me ocurren más ejemplos específicos, pero supongo que en cuanto me ponga de nuevo a trabajar en la tesis en la compu los habrá, como tener el documento en Word en un monitor y la simulación en MATLAB o páginas de internet en otro, o tener el visualNastran en el monitor principal y estar monitoreando y cambiando parámetros en el Excel en el secundario.

¿Cómo es posible que antes pudiera vivir con sólo un monitor? ¿Cómo es posible que ustedes, estimados lectores anónimos, puedan vivir con sólo un monitor?

Como un plus, con tanta pantalla mi cuarto ya va pareciendo como salido de una película de ciencia ficción.





Hoy mientras me terminaba de vestir, me distrajo un nuevo link hasta arriba de mi GMail (ah, porque, sí, me distraigo mucho mientras me termino de vestir). ¿"Reader"? ¿Qué es eso? ¿Va a leerme mi correo en voz alta para que ya no tenga que leerlo yo?

Resulta que es una cosa que le dices qué blogs quieres leer y te los acomoda todos juntos como si fuera un correo. Te dice cuando hay nuevos y cuáles has leído y cuáles no.

Bastante útil ahora que ando queriéndome enterar de varios blogs (más útil que tenerlos todos juntos en una carpeta de Firefox y darle "abrir todo en pestañas"). Inclusive te pone las fotos y todo. Acepta al menos Blogspot, MSN Live Spaces y hi5 (en el hi5 tienes que darle la URL exacta de la página del Journal). Lo único es que no ves los layouts. Pero bueno, ayuda a tener todo más organizado y contribuye a la hueva de tener que andar de una página a otra. Es el nuevo control remoto.




Chale, un día más de vacaciones en el que no hago prácticamente nada productivo. Bueno, medio aspiré mi cuarto y ayudé a mi mamá a quitar los adornos de navidad (ya era hora...)


1000 puntos para el que me diga qué capítulo de Futurama está en mi tele.

Rojo, naranja, amarillo, Fa, Sol, La, Si.

Hoy, como es costumbre, al meterme a la regadera mi mente empezó a vagar por ahí. Ah, porque han de saber que al menos la mitad de las veces que me baño (que afortunadamente son muchas) empiezo a reflexionar sobre cualquier estupidez y de ahí me brinco a otra y a otra hasta que el tiempo desaparece.
La otra mitad de las veces que me baño, me dedico a cantar en la regadera. Hoy curiosamente sucedieron las dos cosas.

Así que hoy mi viaje acuastral fue musical. Mi papá desde la sala se encargó de la música de fondo y empezó a tocar Let It Be en su teclado. Entonces me vino a la mente la versión gospel de Across the Universe, y cómo desde que la oí siempre he dicho que Beto se debe haber muerto de coraje de que no la cantamos así en Beatlemanía (porque han de saber que Beto es super fan del gospel, y si por él fuera hubiera metido a puros negros en los ensambles). Con Beto y Beatlemanía en la cabeza, irremediablemente vinieron a mi cabeza todas las veces que nos quejamos de la incapacidad de Beto de aceptar sus errores, debido en parte a su supuesto "oído absoluto."

Y entonces me acordé cómo Mario explica la explicación de Beto de lo que es el oído absoluto. "Es como... cuando tú ves colores, sabes perfectamente cuál es el verde, cuál es el rojo... Los cuates que tienen oído absoluto 'ven' las notas, reconocen un Do o un Re sin necesitar un piano..."

Pero a ver, a mí me cuesta trabajo reconocer un "verde bandera" de un "verde pasto". Claro que puedo distinguir un verde de un amarillo, así como puedo saber si una nota es grave o aguda. Porque cualquiera sabe o ha oído (o conoce a alguien que tiene un hermano a quien alguna vez le dijeron) que las notas son distintas frecuencias de ondas sonoras, y que los colores son distintas frecuencias de la escala electromagnética.

En realidad no existen sólo 7 colores, sino todo un espectro visible que va desde los 300 THz hasta los 900 THz. Pero por alguna razón alguien decidió que toda esa gama de millones de colores se podía dividir en 7 grupos. Del mismo modo, en la realidad no existen sólo 7 notas, sino todo un espectro audible que va desde los 20Hz hasta los 20KHz. Pero igual alguien arbitrariamente decidió que ciertas frecuencias específicas eran más importantes y les dio nombres: Do, Re, Mi, Fa, Sol, La, Si. Y se decidió que las frecuencias que eran el doble de esas o la mitad y que de alguna manera suenan "igual", serían la misma nota. Y entre algunas de esas notas se decidió poner medios tonos.

Y entonces sentí algo. ¡El agua de la regadera estaba empezando a enfriarse! El maldito calentador anda fallando. Cerré el agua "caliente" mientras esperaba a que el calentador la calentara y me seguí enjabonando.

Buen ejemplo. ¿En qué momento decidimos que el agua ya no está caliente, sino que ahora está fría? ¿Es muy diferente el agua a 19.5°C que a 20.0°C? No, la verdad es que todo es un continuo. En el caso de los colores, decidieron tomar los más "representativos" de cada zona y los intermedios los agrupan o consideran como combinaciones. Así tenemos el verde y el amarillo, y el de enmedio no tiene nombre propio sino que le ponemos amarillo verdoso. Pero estamos tan concientes de que existe, que los pintores no podrían vivir sin él.

Pero los músicos se vieron más drásticos. Decidieron que de cada rango de frecuencias antes de que se duplicara, sólo 7 valían la pena. Bueno, luego decidieron agregar otras en el intervalo (pero nótese que las 7 originales estaban espaciadas arbitrariamente, de manera que en algunas el intervalo no era el mismo), y crearon 12 semitonos. Doce semitonos que, estoy de acuerdo, en combinación suenan bonito, pero ¿por qué a esas frecuencias? ¿Por qué no un par de docenas de hertz más arriba?

Entonces tenemos que los pintores no podrían expresarse sin tener un amarillo verdoso, un rojo anaranjado, o un azul verdoso. Pero para los músicos, no existe nada que sea a la vez más agudo que un Mi pero más grave que un Fa.

Mientras pensaba eso, me empezó a dar frío así que le di otra oportunidad al agua caliente de estar caliente. Afortunadamente, el calentador sí le estaba echando ganas así que ya empezó a estar tibia.

¡Tibia! Un término medio entre frío y caliente, así como el verde acua o el Si bemol. Pero, ¿por qué ese afán de discretizar, en un mundo continuo?

Lo curioso es que en ambos casos se decidió tomar 7 principales. 7 notas, 7 colores del arcoiris. ¿Habrá alguna relación?

Salí de bañarme, no sé qué hice, luego fuimos a comer,... y ya hasta la noche me puse a investigar.

Estuve buscando las frecuencias de las notas. Eso fue fácil, una de las primeras páginas que visité me dio toda la información que necesitaba. Está muy bien definido qué es exactamente un La4; un La5 es el doble y de ahí con puras matemáticas sacas todos los semitonos que quieras, sabiendo que de Mi a Fa y de Si a Do hay un solo semitono, y entre las demás hay dos.

Pero para los colores fue más latoso. Porque aparentemente nadie se ha puesto de acuerdo en qué es exactamente un verde puro, y qué diferencia hay con un azul. O al menos no lo encontré. Incluso resulta que en casi todas las páginas que vi, ya no existen los 7 colores que me decían desde chiquito, sino sólo seis (¡ya valió mi fabulosa entrada del blog!). En otra página encontré un argumento aparentemente muy válido de por qué el morado no existe, aunque en muchas otras sí mencionaban al índigo y al violeta.

Finalmente en esta otra encontré más o menos lo que buscaba. Dividen a los colores visibles en 6, y dan los límites de frecuencia para cada grupo. Así, dan 7 frecuencias límite, que en mi caso fue lo que asigné como la frecuencia de cada uno de los 7 colores.

Así que puse lado a lado las dos tablitas: la frecuencia de las 7 notas (en la octava "4") y la frecuencia de los 7 colores del arcoiris. A primera vista no se ve ninguna relación. Recordemos también que estamos en condiciones diferentes, porque toda la frecuencia visible se dividió sólo en 7 colores ("una octava") mientras que la frecuencia audible se dividió en muchas octavas. De cualquier manera supuse que sería interesante buscar si había algo que ver entre estas dos series de números.

Lo siguiente que hice en mi curiosidad fue generar un archivo de sonido con las frecuencias de los colores, escaladas a un rango audible. Así que por ejemplo, si el rojo tiene una frecuencia de 384THz, generé un sonido de 384Hz. Luego para el naranja, 482Hz, y así sucesivamente.

Si pudiéramos oir los colores, sonarían más o menos así. Rojo, naranja, amarillo, verde, azul, índigo, violeta.

No suena tan mal, ¿o sí? Como una escala desafinada. ¿Notaron que la última nota es la misma que la primera, en la siguiente octava? Interesantemente, el límite inferior del rojo es de exactamente la mitad de la frecuencia que el límite superior del violeta.

Empecé a pensar en otras posibilidades. Finalmente, mi selección de los límites puede no ser tan válida. Igual y la página de donde lo saqué estaba mal. El "rojo" que todos podemos ubicar como "rojo puro" tal vez no sea la frecuencia límite que seleccioné. Pero mi flojera de hacer más investigación o cálculos llevó mi mente a una pregunta más divertida. ¿Qué pasaría si diseñáramos un programa que convirtiera una secuencia de colores a música? ¿Podría alguien componer una canción simplemente dibujando una linea con una secuencia de colores "bonita"? ¿Y si hacemos dos líneas? ¡Colores complementarios! Si pongo al mismo tiempo las notas que corresponderían a un par de colores complementarios, formarán armonías? Juzguen ustedes el resultado:

rojo + verde
naranja + azul
amarillo + morado (índigo)
(están en estéreo así que asegúrense de poder oir ambos canales)


Y por último, el acorde de los tres colores "básicos".

Ése sí sonó muy feo. No sólo musicalmente iba a sonar muy feo, sino que al mezclar dos senoidales puras en el mismo canal, se hace una distorsión muy fea.

Pero esperen, "rojo, amarillo y azul" no son los colores básicos de la luz, sino de la pintura. Y estamos hablando de frecuencias de la luz. ¿Qué pasa con rojo, verde, azul?

Suena un poco menos feo, pero sigue haciendo la resonancia.


Me puse a jugar un poco con las 7 notas que generé originalmente, pero no logré ningún acorde bonito. ¿Alguna idea?


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Para no perder la costumbre, aquí hay una referencia a xkcd.

Y mientras escribía esto, se me ocurrieron otros temas para discutir. ¿Por qué el hombre tiende a discretizar todo? Y, ¿por qué en grupos de 7? 7 notas, 7 colores, 7 días de la semana, 7 pecados capitales... ¡hasta 7 canales de la televisión nacional en la frecuencia VHF (2, 4, 5, 7, 9, 11, 13)!

Recursividad

Hoy la verdad me dio flojera ir a la clase de japonés, no sé por qué. El caso es que fui a comer a casa de mi abuelita con mis tíos.

Resulta que mis tíos más grandes ya se volvieron fans de los blogs de mis primos (y espero que pronto del mío), o incluso bloggeros por sí mismos. Así que gran parte de la plática de la sobremesa fue alrededor de los blogs. Y probablemente, si dan con el mío, estén leyendo esto y el próximo sábado se hablará sobre este post.

Entonces la próxima semana en la sobremesa se hablará sobre el post que habla sobre la sobremesa en la que se habló sobre los blogs... a fin de cuentas, ¿cuál va a ser el tema central?

Cualquiera que sea, prometo contarles por aquí.


Para entender la recursividad primero hay que entender la recursividad.

Sueño extraño

La semana pasada Carrillo me invitó a una plática hoy, sobre algo interesante. No me quiso decir sobre qué es, sólo que es muy bueno. "Sí es serio... pero no es para todos."

Por más que indagué, se negó a revelarme detalles.

Así que hoy, mientras dormía, mi mente se puso a construir sobre el asunto.


Llegué al lugar. Era un edificio muy amplio, de oficinas. Teníamos que ir al tercer piso, así que usamos las escaleras. Cuando llegamos y la puerta se abrió, me sentí muy agusto. Demasiado agusto. No como cuando llegas a un lugar que no conoces y no sabes en qué sillón sentarte, no. Justo cuando di el paso hacia adentro e incluso desde antes cuando se empezó a abrir la puerta, me sentí totalmente como en casa.

Demasiado como en casa.

Pronto me di cuenta de lo que pasaba. Se trataba de una sala, no igual en disposición, pero sí con los mismos muebles que la mía. Quienes hayan venido a mi casa (o a las anteriores) sabrán que en mi sala tengo unos muebles negros muy grandes que están prácticamente empotrados a la pared. De hecho se contruyeron para el departamento aquél de la Colonia del Valle antes de que nosotros llegáramos, y los hemos venido trayendo cada vez que nos mudamos.
No son muebles que puedas comprar en Rosend, y que por coincidencia haya unos iguales ahí.

Más aún, en la sala que describo había todavía algunos adornos de navidad (en marzo). Igual que en mi casa, que aún no los hemos terminado de quitar.

Sólo había una explicación. Alguien había ido a ver cómo era mi sala y había construido una igual aquí para que yo me sintiera cómodo. Pero, ¿por qué yo? Yo no era el único "nuevo" que llegaba a la sesión. Ni siquiera podrían haber sabido que iba a ir ese día. O al menos Arturo, Nestor, Ontiveros y Luis también eran nuevos ahí. ¿Por qué MI sala?

Curiosamente no oí que nadie comentara "Mira, tu sala!". Todos parecían estar muy agusto.

Entonces entendí lo que podría estar pasando. Me acerqué a uno de mis amigos, y mientras caminábamos por enmedio de la sala, le pregunté:

--Néstor, ¿qué ves aquí?
--¿Cómo que 'qué veo'?
--Sí, descríbeme esta sala.

Se detuvo a la mitad de la estancia, como si hubiera algo enfrente de él. Pero yo no veía nada. Haciendo señas hacia el frente, dijo:
--Pues aquí hay unas repisas como las de mi casa... allá, una sala parecida a la mía... de este lado,...

No era que alguien hubiera puesto mis muebles ahí. Era que cada quien traía los suyos consigo. Cada quien estaba viendo su propia sala.

--... y allá al fondo unos taxis.

"Unos taxis"? No lo dijo en el mismo tono que lo demás. Como si los taxis le incomodaran, como si no fueran parte de su sala. Tampoco eran parte de la mía, pero ahí estaban. ¿Eh? ¡Yo los veía también! ¿Por qué? Mi mente empezó a procesar rápidamente. Cada quien veía sólo lo que quería ver. Más los taxis. Por la misma razón que nos veíamos entre nosotros; por la misma razón que todos podíamos ver al orador que ya estaba empezando a pedir que nos acercáramos. Porque eso sí era real, y no podíamos evitar verlo.

¿Alguna vez les ha pasado que están quedándose dormidos, y de repente sienten como si la cama se desapareciera por un instante, y sienten cómo caen un centímetro, de nuevo sobre su cama, y despiertan asustados? Pues en ese momento, dentro del sueño, yo sentí eso. Y de repente me encontré parado dentro de un salón totalmente vacío, junto a Nestor y otras personas que empezaban a acercarse al orador, y unos taxis al fondo. Los mismos taxis que veíamos Nestor y yo en nuestras respectivas salas. Mi mente se había desconectado de la ilusión y todo estaba vacío.

Ese salón vacío se sentía un tanto frío e inhóspito, así que hice un intento por tratar de subirme de nuevo a la ilusión, de traer de vuelta mi sala. Pero era tan inútil como tratar de levitar.

El orador puso una caja en el suelo, y la abrió. Apartó unas hojas de instrucciones, en las que alcancé a ver un diagrama de una mano tomando una pieza de madera en forma de L y unas flechas de cómo debía moverse en el aire. Sacó una especie de móvil de madera. Un aro de unos 15 cm al cual estaba pegado una pieza larga horizontal, de la cual colgaban con estambres unos cubitos, esferas y un prisma. Se puso el aro alrededor del cuello.

Los demás hicieron la pantomima de hacer lo mismo, sacar el aparato de la caja frente a sus pies. Pero no tenían nada. Bueno, yo ya no tenía nada en mi sala, pero ellos probablemente sí, así que ellos sí creían tener cada quien su aparato.

Seguramente era ese aparato el que usaban para controlar nuestras mentes, para hacernos ver cosas. En ese momento, el único real era el del orador, y nos estaba enseñando a usarlo aunque los nuestros fueran imaginarios.

Así que esto es con lo que Carrillo está haciendo dinero. Hipnosis. Aunque no me interesara usarlo como negocio, empecé a pensar en todas las posibilidades que esto tenía. Y todas las implicaciones de la ilusión que acababa de vivir. Parecía tan real... Los que conozcan a un servidor, sabrán que me gusta tener todo bajo control. O al menos entender todo lo que pasa en mi cercanía. Y el hecho de haber estado unos minutos en una sala que nadie más veía, me daba un poco de miedo.

Esperen, ya me perdí parte de la explicación de cómo usarlo. Hice un esfuerzo por imaginarme el mío, para tratar de seguir los movimientos del instructor, pero no pude. Era demasiado complejo como para imaginármelo todo a la vez conscientemente. Me acerqué a ver el suyo, para estudiar su geometría con detenimiento. Los demás no parecían tener ningún problema. Lo veían sin hacer ningún esfuerzo. En la desesperación de estarme perdiendo la explicación, tomé dos de los colguijos de su aparato --la esfera y el prisma-- y los arranqué con sus estambres, poniéndolos cerca de mi cuello en un esfuerzo por que la cantidad de imaginación necesaria fuera menor.


Una música empezó a oirse a lo lejos, y gradual pero rápidamente me transportó hasta acá. El despertador estaba sonando, ya son las 7 de la mañana. Se me hace tarde.



Algo es seguro. Había algo de emocionante en eso de estar descubriendo que aún quedan cosas por entender.