Conferencia de Carlos Kasuga (parte 1)


Hace un par de  varios meses mi amiga Viri (quien por cierto está muy enojada porque según ella le he dedicado entradas enteras de mi blog a otros amigos y a ella no) me pasó una grabación de una conferencia que, aunque me pareció muy interesante, no había tenido tiempo de escucharla completa. Por fin lo logré, y me gustó tanto que se las comparto.
Aquí están los archivos para que los descarguen y la escuchen. Como a veces me paso de buena gente, me puse a transcribirla también por si prefieren leer que escuchar, y es por esto que esta entrada me ha tomado un par de muchos meses. 
Cuando puse "[?]" es que por el ruido no entendí lo que dijo (¡se aceptan correcciones!)

(Para los que están leyendo desde Google Reader o similares: aquí va insertado un cuadrito con los archivos mp3, si no lo ven vayan al blog.)









"Muy buenas noches a todos. En verdad me siento muy agradecido con todos ustedes y con Dios de tener la oportunidad, en esta Expo Capital Humano, de estar con todos ustedes, empresarios de esta nación, México. Primero yo quisiera presentarme. Mi nombre es Carlos Kasuga Osaka. Soy hijo de unos inmigrantes japoneses que tuvieron la visión, la dicha, de escoger este hermoso país, y que con moldes japoneses me hicieron aquí en México. Soy de fabricación japonesa, pero orgullosamente hecho en México.


Esto me dio la gran oportunidad de vivir en un hogar netamente japonés, con idioma, tradiciones, costumbres y comida japonesa, y lógicamente desarrollarme en el medio nacional. Somos empresarios desde los 20 años; empezamos con una pequeña fábrica de juguetes inflables [?] , y con orgullo les puedo decir que en mi juventud construimos los cinco aros olímpicos de la olimpiada; que eran de México, que eran unas salvajadotas de 25 metros de diámetro cada aro, que se inflaron con helio, y que ese 12 de diciembre de 1968 se soltaron en el, todavía, cielo azul de la Ciudad de México. Y actualmente estamos dirigiendo la empresa Yakult, una empresa que, gracias al apoyo de todos ustedes, estamos vendiendo actualmente más de tres millones quinientos mil frasquitos diarios. 

Pero para tener una empresa de calidad, señores empresarios, para tener una empresa de calidad, una familia de calidad, una institución de calidad, lo primero que tienes que hacer es empezar contigo mismo y con tu gente, e ir formando hombres de calidad total. Y para ello se necesitan seguir cuatro pasos:

El primer paso es el bien ser. El ser puntuales, el ser respetuosos, el ser honestos, el ser disciplinados, el ser estudiosos. Si aquí somos 600 gentes y estamos empezando 20 minutos tarde la conferencia, son 600 x 20... son 12,000 minutos. 12,000 minutos entre 60 minutos que tiene cada hora, se han perdido 200 horas. Las ha perdido México. Es por ello que el ser puntuales es de vital importancia.

El segundo paso es el bien hacer. Todo lo que hagas, hazlo bien desde un principio. Si te vas a levantarte, hazlo bien; si te vas a bañarte, hazlo bien; si te vas a vestirte, hazlo bien; si te vas a despedirte de tu pareja, de tus hijos, hazlo bien, como si hoy fuera el último día que lo vas a poder hacer: abrázalos, bésalos, dales lo mejor de ti. Si vas a estudiar, hazlo bien; si vas a trabajar, hazlo bien; si vas a jugar fútbol, hazlo [?] mejor que lo que Estados Unidos... la Selección Mexicana, ¿verdad?.... Y si en la noche, después de la conferencia, que salgan motivados, van a hacer el amor, también háganlo bien, háganla ver estrellitas [?]... Es hacer bien las cosas.

Y las personas que dan más de lo que reciben --a su pareja, a sus hijos, a sus alumnos, a sus proveedores, a sus empleados, a sus clientes, a su sociedad-- van a sentir el tercer paso que es el bien estar. Y ojalá todos terminemos todos los días, y antes de entrar a descansar a nuestras camas, sintiendo este tercer paso del bien estar, que es sinónimo de felicidad, porque diste lo mejor de ti a tu gente, a todos lo que tuvieron contacto contigo el día de hoy les diste lo mejor de eso que hace de ti un bien estar, que es sinónimo de felicidad.

Y las personas que siguen estos tres pasos, del bien ser, bien hacer, bien estar, tarde o temprano llegan a tener el bien tener. Por favor, señoras y señores no busquen el tener rápido y fácil sin haberlo hecho bien, y mucho menos sin sentirse bien, porque de eso como ustedes saben ya está lleno Almoloya de Juárez, ya no cabe otro Chapo más ahí.

Ahora, de estos cuatro pasos, el bien ser, bien hacer, bien estar, y que como resultado de ellos se llega al bien tener, creo yo que el más importante de todos ellos es el primero: el bien ser. Miren, el error que yo veo que tiene el Sistema Educativo Nacional de la Secretaría de Educación Pública, y de muchas universidades tanto públicas como privadas, es que sólo damos educación de conocimientos. Nos preocupamos desde pequeños por el cinco, el ocho, el diez, estamos sacando el premio[?] nacional en matemáticas, ciencias sociales, ciencias naturales; ya en las licenciaturas se preocupan por química, por física, por derecho, por cálculo, por anatomía... pero si se fijan, son puros conocimientos. De lo que adolece nuestro Sistema Educativo Nacional es que no se ve educación formativa, educación de valores. 


Aunque en México hay dos instituciones muy poderosas, llamadas Televisión Azteca y El Canal de las Estrellas, que tal vez con mucho más poder que la propia Secretaría de Educación Pública, porque llegan hasta el rincón más alejado de nuestra Provincia, van haciendo creer a través de sus telenovelas que así se debe vivir. Que así se adquieren los votos para ser diputado o senador, o así se adquiere el poder en una empresa, [?], o así se adquieren los ranchos, las haciendas, o así se conquista el amor de una mujer, a través de [?], de malas jugadas, de traiciones y de falsedades. Si yo estoy equivocado, nada más acuérdense cuando estaba Mirada de Mujer en todo su apogeo, cuántas señoras cincuentonas querían tener su peluchito en su casa... También cuántas quieren ser lastimadoras y ser las novias de Enrique Peña Nieto, o hacer o estar haciendo pastelitos con los hermanos Reyes. Ésta es la influencia que tiene la televisión [?]


Miren, hace 32 años, cuando estábamos celebrando el 80 aniversario de la migración japonesa a México, estuvimos un grupo de miles de la comunidad mexicano-japonesa que nos reunimos para pensar cómo podríamos agradecer a nuestro México toda la hospitalidad, toda la amabilidad con que México había recibido a nuestros padres y abuelos. Se pensó en un hospital, en un campo deportivo, un monumento conmemorativo, pero al final de cuentas concluimos que lo que más hacía falta en nuestro México eran escuelas. Y es por ello que al sur de la Ciudad de México hemos construido lo que se llama el Liceo Mexicano Japonés, una institución educativa donde hemos tenido el gran honor, pero también la gran responsabilidad, de tener a hijos de presidentes de la República, hijos de secretarios de Educación, a hijos de gobernadores, que han mandado a sus hijos a nuestra escuela, no porque la colegiatura sea barata o cara; los han mandado a nuestra escuela porque tratamos, tratamos de dar mucha educación formativa.

Por ejemplo, en el Liceo Mexicano Japonés, señoras y señores, no hay gente que haga el aseo; son los mismos chicos los que hacen el aseo de su escuela. Se les enseña cómo agarrar la escoba, cómo palanquear una escoba, cómo barrer un rincón, cómo exprimir una jerga, cómo gastar menos agua... porque, empresarios de México --de las PyMEs, sobre todo-- la calidad empieza siempre desde la limpieza. La productividad empieza siempre desde la limpieza. La salud empieza siempre desde la limpieza. La ecología empieza siempre desde la limpieza. 

Pero vean ustedes cómo educamos en nuestras escuelas. A los chicos que más mal se han portado, que han sido Felipe, Marcelo y Enrique, el maestro les dice: "Ahora de castigo, me van a recoger toda la basura del patio." Le hacen creer a los chicos que recoger basura es un castigo, que es de gente mala. Y es por ello que, vean ustedes cómo tenemos nuestras calles, nuestros parques, nuestros ríos que parecen drenaje  --y por eso las inundaciones que hemos tenido en el norte del Distrito Federal--, nuestros mares y nuestros bosques. Cuando debemos de enseñar a nuestros alumnos, a nuestros hijos, a nuestros trabajadores, que la virtud más noble que debe tener un ser humano es la limpieza. Si nosotros tenemos la fortuna, la libertad y la dicha de poder pisar libremente esta tierra mexicana, al menos tenemos la mínima obligación de no ensuciarla.


Ahora, como los chicos van desde pequeños estudiando y viviendo en escuelas donde siempre van a encontrar dizque mexicanos de tercera --que, ellos sí, por no tener estudios, tienen que estar barriendo y recogiendo la basura y las cochinadas que nuestros hijos tiran en los salones o en los patios de las escuelas--, van creyendo que así va a ser siempre en México. Y se van formando directores, gerentes, empresarios, ejecutivos, que, eso sí, tienen su baño privado, espejos relucientes, jabones perfumados, toallas blancas, y el baño del trabajador es un verdadero cochinero. ¿Ustedes creen que el trabajador mexicano no tiene dignidad, no tiene orgullo, no tiene sentimientos? Y es por ello que el trabajador de México nunca se pone la camiseta de su empresa. Son pequeños detalles, señores empresarios, pero que cuentan mucho.


También yo los invito [?] para que vean que es verdad, que en mis empresas, todos hacemos pipí y popó en los mismos baños. Porque, para mi manera de ver, tanto el popó del Presidente Felipe Calderón, como del Gobernador del Distrito Federal Marcelo Ebrard, o de los camarógrafos ahí presentes o los señores del sonido, o el mío, a final de cuentas huelen igual. ¿Pa' qué estar haciendo estas diferencias?

También, hablando del tiempo, les enseñamos a nuestros hijos, a nuestros alumnos, a nuestros trabajadores, que cuando ustedes nacieron, cuando yo nací, inmediatamente nuestros padres nos abrieron un cuentón, un cuentón pero no en dólares ni un cuentón en pesos. Nos abrieron un cuentón de horas-vida. Y depende de cada uno de nosotros si esas horas las gastamos o las invertimos. Desgraciadamente, hay muchos jóvenes que gastan sus horas. Terminan en la universidad, se van inmediatamente a su casa, se tiran en el sofá con el control de la tele a ver Big Brother. Pero hay otros que invierten su tiempo. Lo invierten estudiando, trabajando, haciendo deporte, leyendo --nos hace falta tanto leer, leer, leer, observar y cuestionar. Y la vida es muy sabia. Va a premiar con muy buenos dividendos a aquellos individuos que hayan sabido invertir su tiempo. Pero también la vida es muy cruel, muy cruel, y les va a cobrar muy fuertes intereses usureros a aquellas personas que sólo se hayan atrevido a gastar su tiempo.

Y yo quiero en verdad el día de hoy agradecer a todos ustedes que estén invirtiendo esta hora y media, dos horas, con un servidor, que espero en verdad sean de lo más productivas para ustedes, para sus vidas, para sus familias y para sus empresas.

Tampoco quiero que sean gerentes, directivos, empresarios que se atreven a poner reglamentos, que se va a sancionar al trabajador que llegue 10 minutos tarde, y tú llegas en carro último modelo, condenado empresario, y vives a ocho cuadras de distancia, no te la jales. El pobre trabajador que se tuvo que levantar muy temprano, caminar ocho cuadras, tener que tomar la combi, tener que venir soportando el olor del peluche del zobaco del vecino por más de 40 minutos, y que por un accidente de tránsito llega tarde un minuto, "sancionado, vas pa' atrás". ¿Qué creen que siente ese trabajador?

Lo único que siente es coraje, rabia, injusticia. El buen empresario, el bien director, el buen ejecutivo, debe ser siempre el primero en llegar y el último en irse. El ejemplo arrastra. El ejemplo causa admiración. El ejemplo es lo que va creando la disciplina; no son las sanciones lo que crean la disciplina en una empresa.



No sé si de aquí alguien haya ido a Japón, que levanten la mano. No me van a dejar mentir. Bueno. Quiero presentar al país de mis padres. Japón es del tamaño de Chihuahua con Aguascalientes juntos. Chihuahua con Aguascalientes es todo el tamaño que tiene Japón. En el cual viven 127 millones de japonesitos. De su territorio no sale ni una sola gota de petróleo. Y México nos da, como ustedes saben, más de tres millones de barrilotes diarios a los mejores precios internacionales, y hay pobreza. [En Japón] no sale un sólo gramo de hierro, y es gran productor de automóviles, de electrodomésticos, y de infinidad de productos que hay en la habitación. Tiene cuenta entre los diez bancos más grandes del mundo, el índice de competitividad más alto del mundo, el índice de criminalidad de los más bajos del mundo, y el índice de ahorro per capita de los más altos del mundo.

¿Y cómo un país tan pequeño, sin recursos naturales, puede llegar a ser una gran potencia económica mundial? Se debe, señores, a esta educación formativa. Que si nosotros en nuestros hogares, en nuestras empresas, en nuestras instituciones educativas, hacemos esto por dar una educación, una gran importancia en la educación formativa, México tiene todo, todo para ser una gran potencia mundial.

Son quince horas de vuelo desde México a Japón. Siempre vas a llegar en la tarde, o al anochecer. O muy temprano. Porque en Japón, después de las 10 de la noche a las 6 de la mañana, sobre los cielos no vuela un solo avión. Porque no con el ruidero del jumbo jet van a levantar a los ancianos, a los enfermos, a los bebitos, que duermen en los pueblos y en las ciudades del Japón. Siempre es el respeto a las mayorías.

Por lo tanto, vas a llegar en la tarde, al anochecer, échate una buena cena, un buen baño, y descansa por favor de estas largas, largas quince horas de vuelo. Pero a la mañana siguiente yo quisiera que hicieran la siguiente prueba  --y no me va a importar si se hospedaron en un hotel de tres, cuatro o cinco estrellas. Saquen su camisa, su blusa a lavar. Pero antes de sacarla a lavar, métanle un billetote de cien dólares, métanla en la bolsa de la lavandería, y ustedes váyanse a trabajar, a estudiar, o váyanse de turistas, o váyanse de compras, y cuando regresen en la noche, van a encontrar una camisa perfectamente lavada y planchada, y al lado los cien dólares. Si no aparecen estos cien dólares, fue una apuesta pública, les pago mil. Con la apuesta, aquí con los testigos de [?] y con la esposa de [?] como testigos de que sí voy a cumplir con lo que les estoy diciendo.

Y puedo hacer este tipo de apuestas porque conozco perfectamente bien la educación formativa de ese pueblo.

Cuando salgan a la calle, van a ver estaciones del metro, y alrededor de la estación hay cantidad de bicicletas y de motocicletas porque la gente de su casa a cada estación en bici, en moto, deja su bicicleta, deja su motocicleta, sin llaves, sin candados, agarra el tren, se va a trabajar ocho, diez, doce horas, regresa en la noche, agarra la bici, agarra la moto con la cual regresa a su casa.

Si está lloviendo, el municipio o la delegación ponen alrededor de la estación cantidad de paraguas que la gente agarra, se va a su casa y al día siguiente regresa ese paraguas a la estación, tal y como sucede en la estación de Nezahualcóyotl acá en la Ciudad de México.

Nos da risa, ¿verdad? Cuando nos deberíamos de preguntar "oye, y ¿por qué lo podrán hacer los japoneses, si son mucho más feos que nosotros? ¿Y por qué no lo podemos hacer nosotros?"


¿Saben ustedes por qué? Porque allá se educa bajo un principio de que si no es tuyo, debe ser de alguien.

Si no son tus crayolas, niñito, deben ser de alguien.
Si no es tu vagoncito, debe ser de alguien.
Si en la universidad, en el baño, te encuentras una cartera, un reloj, una pluma, no son tuyas, deben ser de alguien.
Señores empresarios, si en la fiesta se encuentran una señora y no es suya, debe ser de alguien. No se trata de que "ésa es mía, yo la vi primero." No se andan [?] En verdad.

Si yo aquí en el Centro Histórico me encuentro una cartera, "chin, yo la vi primero." Veo inmediatamente cuánta lana trae, y volteo hacia la iglesia. "Ay, gracias, Diosito, ¿cómo supiste que estaba tan jodido?" ¡Y tiene la credencial de 'tómate la foto'! Y "¿la regresaste, Kasuga? ¡Qué bruto eres!"

Pero cuando te educan bajo el principio de que "si no es tuyo, debe ser de alguien", las cosas cambian.

Y ustedes como empresarios se han de dar cuenta. Lo que nuestras empresas, lo que nuestro país gasta. Gasta. En lugar de educar, gasta, en poner policías, y policías sobre los policías, en videocámaras, en candados, en llaves, en cajas fuertes... Gastos totalmente inútiles, cuando deberíamos de enseñar que si no es tuyo, debe ser de alguien. Encuentras una cosa, ¿es tuya? No. Lo dejas. [?]Eso es todo, nada más. Si no es tuyo, debe ser de alguien. Es todo, nada más.

Pero vean ustedes cómo educamos [?]. Porque esta educación debe ser en los hogares, en las escuelas, en los centros de estudio, en los centros de trabajo. Y no que, llega el niño del kinder feliz, "¡Mira mamita! ¡Mira mamita! ¡Encontré un Power Ranger que tanto, tanto quería tener!" --"Ay, ¡qué suerte tuviste hijito!" Y el condenado se va de suerte en suerte, hasta que termina en Almoloya. Cuando ahí la mamá le tuvo que decir "¿No es tuya? Vamos ahorita y la regresamos." Aunque tengamos que caminar diez cuadras con el escuincle. Pero ésa es la educación formativa que tanto, tanto necesitamos.


También... han escuchado ustedes... Miren, yo soy empresario desde los veinte años, les decía, empecé con esta fábrica de juguetes inflables, y estaba estudiando la carrera de Contador Público en la Escuela Bancaria y Comercial. Tenía clases de 7 de la mañana a 9 de la mañana, después de 6 de la tarde a 9 de la noche, por aquí viene un spam de mi querida Escuela Bancaria y Comercial. (Que, por cierto, para presumirles, mañana me nombran como Alumno Distinguido de esta Honorable Escuela Bancaria y Comercial.) Bueno, tenía clases de 7 de la mañana a 9 de la mañana, después de 6 de la tarde a 9 de la noche. En las tardes, cuando iba hacia la Bancaria, en Reforma e Insurgentes siempre hay jóvenes en los sémaforos que venden los periódicos de la tarde: el Esto, el Ovaciones. Yo les compraba el Esto, el Ovaciones, cuando éstos valían 35 centavos, y les pagaba con un billetote de 100 pesos.

Me decían, "Oiga, no tengo cambio, estoy empezando." 

--"Pues no te preocupes: 9 y media, 10 de la noche que paso por aquí, me regresas el cambio y no tenemos ninguna bronca."

Muchos no me regresaron el cambio. Pero otros me dijeron --todavía me decían "joven"-- "Joven, aquí está su cambio."

Y esos que me dijeron "Joven, aquí está su cambio." y me regresaron el cambio, actualmente son los ejecutivos de mis empresas, tienen casa particular, coches último modelo, mandan a sus hijos a las mejores universidades de México, y todavía se dan el lujo de tener una casita de campo en Morelos o en el Estado de México. Es por ellos que yo me puedo auto-autorizar para poderme parar en un foro tan prestigiado como éste para decirles, señores empresarios, que con México, con su gente, se puede, siempre y cuando les des educación formativa.

¿Para qué quieres tener en tu negocio un ingeniero, un contador, un químico, o uno de Recursos Humanos, con dos maestrías y un doctorado, si no es honesto? ¿Si no sabe trabajar en equipo? ¿Si no es puntual? Mientras más años trabaje en tu empresa, más daño te van a ocasionar. Los valores no tienen títulos, ni tienen maestrías, pero es lo que hace al individuo, al ser humano, grande. Lo hace de calidad. Los valores. Eso es lo que quiero que no se les olvide. Que lo importante en el ser humano son los valores; y es lo que nos adolece  en nuestra educación: los valores.


También, no sé si hayan escuchado, cómo se dice en nuestro idioma español (mexicano): se cayó, se perdió, se descompuso, se rompió... ¿Y quién lo hizo? Nadie...

Vamos a imaginarnos que, --como va a suceder, ¿verdad? Eso esperamos, que así suceda...-- que la Selección Mexicana en Sudáfrica esté llegando milagrosamente a cuartos de finales. Le acabamos de ganar ayer a Inglaterra, y entonces al día siguiente en todos...--a Francia no, ¿eh? A Inglaterra--, y entonces en todas las escuela y en todas las primarias se va a estar jugando fútbol. Y todos los chiquitos van a querer ser los Cuauhtémoc, los Pichichis del salón, los Rafa Márquez... y van a estar jugando fútbol. Estos jóvenes que tengo aquí enfrente no son la excepción, chutan y rompen el cristal de la dirección. Viene la maestra Anita y dice, "¿Quién de ustedes fue?" ¿Quién de ustedes fue? Elías, que luego luego se le ve que tiene la cara de ser el más honesto de la clase, levanta la mano y dice "Yo fui, maestra." ¡Pobre de Elías! Le meten una regañada, lo castigan, hacen que vengan sus papás, que paguen el cristal de la dirección, y es castigo tras castigo.

Los demás compañeritos de Elías no lo dicen, pero lo piensan. "Ay, qué pendejo es Elías. Por güey..." (No, así hablan los niños de cuarto año de primaria, por si no lo saben...)

Pero después crecemos, y trabajamos en una empresa que ha adquirido esta maquinaria que es veinte veces más productiva que la máquina que anteriormente había adquirido el lugar. Y ahí ponemos a nuestro mejor técnico que se llama Alejandro. Nuestro mejor técnico al frente de esta máquina. Alejandro se siente muy contento, muy reconocido; Alejandro dice, "después de trabajar ocho años en esta pinchurrienta empresa... Hasta que se dan cuenta de que soy el más chilaquil de los técnicos..." Se siente muy feliz, muy contento, se aprende todos los manuales, y esta máquina no vuelve a funcionar sin que Alejandro le meta mano.

Pero a esta empresa le llega un gran pedido de exportación que tiene que cumplir en tiempo y en forma. El dueño y todos los gerentes van con Alejandro y le dicen, "Alex, confiamos en ti. Sabemos que nos vas a sacar de este atolladero, ¿eh? Le metes todo. Le echas todos los kilos."

Alejandro, esa noche, de los nervios, no duerme, pero al día siguiente dice "Si yo le muevo esto, seguro que va a producir más." Le mueve, y, ¡chin! Se apaga la máquina. Todo mundo se asusta. "Oye Alejandro, ¡¿qué le hiciste?!"

--"No, yo nada... se apagó. En verdad, se apagó. Se los juro que se apagó."

Viene nuestro técnico, no le da... Hay que traer al técnico desde Francia, para que diga "Es que alguien movió esto..." ¿Saben qué hacen con Alejandro? Me lo corren...


Elías quería, su intención inicial y verdadera era querer meter un gol de chanfle. Chanfleó mal, y es castigado.

Alejandro quería producir más, y es despedido.

Y por eso de nuestros trabajadores, de nuestros hijos, de nuestros alumnos, sólo vamos haciendo elefantes de circo.

¿Han visto ustedes cómo son los elefantes de circo? Son unos animalotes así grandotes, que están amarrados a una cuerda y amarrados a una estaca. Y que no se escapan. Que fueron creciendo desde pequeños, en la suciedad, en los malos olores, llenos de moscas. Y que, todo se acostumbran a que todo se los tiene que dar el domador. Y se mueven de acuerdo a las órdenes del domador. Porque han perdido toda iniciativa. Todo sueño, toda meta. Realmente este elefante cuando era joven, como lo son sus hijos, quiso ser libre. Y estuvo luchando día y noche por zafarse de esta cuerda. Pero en ese momento, la cuerda era más fuerte que él. Le lastimó la manita. Se la sangró. Le salió costra, le salió callo. Pero no sólo callo en la manita. Lo triste es que le sale callo en la cabezota, de que yo no puedo, y yo no puedo, y yo no puedo, yo no debo, y yo no puedo, y yo no debo, y yo no debo, y así va creciendo, creyendo que no puede y que no debe.

Si éste elefante ahorita quisiera ser libre, hace ¡pum! Y sería libre. Pero ya ni se preocupa. Le han metido, desgraciadamente, sus domadores desde pequeño tanto, tanto en su disco duro de que no debe, no puede, no debe, no debe, no puede, que cree que no puede.

Y así, la mayoría de los trabajadores, de nuestros trabajadores, de nuestros burócratas, salen a trabajar por necesidad; por miedo y por temor, como elefantes de circo. Y ninguno sale por un sueño, por una meta, por un logro, por un objetivo. Salen y levantan la trompita, levantan la patita, hacen el trabajo que deben de hacer, ni un movimiento de más, ni un movimiento de menos. Y una vez que terminan de trabajar, los vuelven a anclar. Y así es hoy... y así será mañana... la semana entrante, el mes entrante, el año entrante... hasta que se mueran. O a los 40 años lo cambian por otro elefantito más joven.


Miren jóvenes, empresarios, si de veras quieren ser libres, si de veras quieren volar muy alto, y si de veras quieren ser triunfadores en la vida, lo primero que vamos a tener que aprender es a zafarnos de esta cuerda. De esta cuerda llamada ignorancia. Les advierto desde ahorita que hay que sacrificar en muchas áreas. Hay que sacrificar varias fiestecitas por ahí. Va a haber días en que vamos a tener que llorar porque no nos podemos escapar de esta ignorancia. Pero una vez que nos zafemos de esta cadena llamada ignorancia, vamos a ser libres, vamos a poder volar muy alto, vamos a ser los triunfadores de la vida.

paperclip procrastinatorSi nos acostumbran a que todo nos lo tiene que dar el domador, peladito y en la boca, al hacer así... y tienen ustedes... Así salen a trabajar el 84% de nuestros burócratas, de nuestros trabajadores, de nuestros empleados. ¿Cuál fue el objetivo del día de hoy a ir a trabajar? ¿Saben cuál fue el objetivo de hoy? Que diera la hora de la salida. Para eso van a trabajar. En verdad... Después del lunch empiezan a ver, "Ay, me falta un chingo..." "Me falta un montón..." Ya a media hora antes de la salida, de llegar a su objetivo, empiezan a escurrirse al baño, a arreglarse. Llega la hora de la salida, o sea, cumplieron con su objetivo, y salen como chiflido. Así haya papeles, facturas, mercancía tirada, les importa un comino. El objetivo del día de hoy al que fueron a trabajar, fue que diera la hora de la salida.

Y cuando tengamos a nuestro personal trabajando para que dé la hora de la salida, la empresa no va a crecer. Porque el objetivo es que pase el tiempo, y con el menor esfuerzo posible.

Ahora, también tenemos la gran cualidad de transformar a nuestra gente. Miren, el que cumple con sus obligaciones, y da más de lo que debe, convierte su mundo en un paraíso. El que sólo pide, y sólo exige, convierte su mundo en un infierno. Y yo quiero que hoy mismo hagan la siguiente prueba: el día de hoy cuando regresen a su casa, por favor díganle a su mamá: "Oye mamá, qué guapa te veo el día de hoy." "Oye, qué bonito arreglaste la mesa." "Oye mamita, qué rica sopa me preparaste."  Señores empresarios, también cuando regresen a su casa, por favor díganle a su señora "Oye vieja, qué guapa te veo el día de hoy." "Oye, qué bonito arreglaste las cortinas." "Oye vieja, qué rico guiso me preparaste."

La señora, si no está acostumbrada a estos halagos, va a decir "Y ora, éste, ¿qué se trae? A lo mejor quiere su nochebuena...[?]" Pero créanme que la mamá o la señora que recibe este tipo de halagos, mañana, sin que nadie se lo ordene, sin que nadie se lo pida, ella solita se va a arreglar mejor. Ella solita se va a esforzar por tener su casa cada día mejor. Más limpia, más bonita. Ella va a experimentar en cocinar otra sopa, otro guiso más sabroso.

Y es así señores, como nace la calidad. Cuando tú haces que tu gente se sienta ser hombres de calidad total. Y esto, esto es causa-efecto. Si das una sonrisa, la sociedad te regresa tres sonrisas. Si das una cara jetona, la sociedad te va a regresar tres caras jetonas. Entonces, da positivismo. Entrega positivismo, y cambiarás tu mundo. Si quieres cambiar tu mundo, primero cambia tú.

Aquí hay muchas mujeres muy guapas, pero voy a tomar el caso de Odet, por ejemplo. Vamos a acompañar, porque es muy conocida aquí en el medio. Vamos a acompañar a Odet cuando ella tenía como 11 años y la invitan al primer baile de su vida. Huy, Odet, de 11 años, está feliz, muy contenta, muy nerviosa, porque tiene 11 años y va a ir al primer baile de su vida. No sabe cómo arreglarse, cómo peinarse, si ya se pone tacones altos, si se pone medias, cómo se pinta, si se pone brassiere o no se pone brassiere... tiene 11 años, bueno... Llega el día de la gran fiesta y Odet se arregla lo mejor que puede. Sale de su recámara, y pasa por la sala, donde desgraciadamente se encuentra con una tía como las hay muchas.

Tan pronto ve a Odet, "Ay Odet, qué mal te ves. ¿Oye, ya te fijaste, mi amor, que tienes todas las medias chuecas? Ay, ese peinado la verdad no te queda. Te pintaste horrible, parece que te echaste una tlapalería encima, mi amor." Puros defectos, puros defectos. Entonces la niña Odet ante el primer defecto que le marca su tía empieza, lógicamente, a perder seguridad; empieza a perder confianza en sí misma. Y cuando llega en la fiesta Leonardo DiCaprio y le dice "¿Bailamos, Odet?" --"Ay, no, muchas gracias... no, ay, yo no sé bailar." Y esa noche Odet fracasa.

Pero la misma Odet se arregla, sale de su recámara y la tía la dice "¡Qué guapa estás! ¡Qué linda! ¡Eres la más hermosa de la familia! Qué digo de la familia, ¡del [mundo] entero! De grande Odet, vas a ser más hermosa que Paty Manterola." Esa noche, Odet triunfa.

¿Y qué hizo a Odet una triunfadora o una fracasada? La maldita tía.

Pero así hay padres de familia, así hay maestros, así hay jefes, ejecutivos, y así hay empresarios que todos los días, sin saber, lo único que hacen es a gente fracasada. Pero, Bendito sea Dios, también hay muchos padres de familia, muchos maestros, muchos jefes, muchos ejecutivos y muchos empresarios que todos los días, todos los días, lo que están haciendo es a gente triunfadora. Gente triunfadora que se le ame y se le respete en los hogares, en los centros de estudio, en los centros de trabajo, y que no desde las casas empezamos a decirles a nuestros hijos "eres un tonto, eres un bruto, siempre te pegas, eres un tonto..." Se hace tonto el escuincle.

También hay mamás que empiezan a decirles "eres un mentiroso, tramposo, mentiroso, tramposo..." El niño se hace mentiroso y tramposo. Hay mamás que empiezan a llorar y a gritar "¡Es un desgraciado, un maldito, eres un desgraciado, maldito! ¡Ya te pareces a tu papá!" Y se llega a parecer a su papá el escuincle.

Esto es el efecto Pigmalión.

Por eso la vibra, la energía que irradias --esto es muy oriental esto, muy oriental--... [?] Que cada ser humano tiene un dios. ¿Han visto cómo los japoneses saludan así? No crean que se inclinan ante ustedes; se inclinan ante el dios que tiene cada uno de ustedes en sus corazones. Es respeto a ese dios. Porque saben que cada uno tiene un dios, una energía que está irradiando. Por eso nos recomiendan: no critiques, no te quejes, no condenes. Nos encanta criticar en nuestro país, en México. "Ay, ¿ya viste a las que se sientan enfrente? Se sientan porque se creen las más guapas. ¡Ay, me caen bien gordas!" ¿Sí? Ya critican.

Después nos quejamos del gobierno, nos quejamos del tráfico, nos quejamos de nuestros compañeros, nos quejamos de nuestros jefes, nos quejamos de nuestro México, nos quejamos.... ¿Y qué hacemos nosotros?  Nada. Más que quejarnos.

Después condenamos. Agarramos el poder de Dios y le decimos a nuestros hijos: "Vas a reprobar." Y, chin, reprueban. "No te subas a esa rama porque te vas a caer." Y se caen. "No agarres el coche de tu papá porque vas a chocar." Y chocan. "No te comas eso, porque te vas a enfermar." Y [?] haya tomado un Yakult, no se va a enfermar...

Ésa es la influencia que tiene el ser humano [?]


También... sí quisiera plantearles tres problemas, futuros empresarios de México, tres problemas que tiene mi México y que si no los sabemos resolver de raíz, mi México no va a poder salir adelante.

El mayor problema que tiene México es que no somos autosuficientes de nuestros propios alimentos. Somos  importadores de gran cantidad de granos. El que les habla ha sido presidente de la Federación Panamericana  de Lechería, y con tristeza les tengo que decir que somos el país que más leche importa en ele mundo. Pero también somos un país que vende este tipo de aguas embotelladas más caras que la leche.

El pobre campesino que tiene 8, 10 vacas, que se tiene que levantar muy temprano a ordeñar y sacar los tambos a pie de carretera, pues ya no le conviene echarle agua a la leche porque le sale más cara el agua. Somos un país que compra a 8.50, 10 pesos el kilo de tortilla, sin entender que se necesitan de 8 a 12 mazorcas para hacer un kilo de tortillas. ¿Cuánto le estás pagando al pobre campesino? Le estamos pagando una verdadera miseria. Y lo único que estamos haciendo, señores, es que tengan que abandonar su tierra, abandonar a sus familias, sus comidas, sus tradiciones e irse a buscar trabajo al otro lado.

Yo soy hijo de inmigrantes, y sé lo difícil que es llegar a un país extraño, sin dinero, sin el idioma, sin amigos y sin relaciones, y tenértela que partir, y trabajar 14, 16 horas diarias, para mandar dinero a los municipios más pobres que dejaste en la República Mexicana, que es de gente valiente. Y gracias a esas remesas tenemos una estabilidad socio-económica más o menos pasable. Que si no llegarse estas remesas, otro gallo estaría cantando en nuestro país.

Pero lo triste, señores, no es que tengamos que estar vendiendo el maíz o los granos que nos hacen tanta falta. Lo que debemos de pensar en qué opuparnos es a quién obedece un ser humano. ¿A quién obedece un perrito? ¿Saben ustedes a quién? Al que le da de comer. Y eso, como nación, es perder libertad. Libertad hecha por muchos héroes, en muchas batallas durante toda la historia de México, y por estarles pagando una verdadera miseria al campesinado mexicano, el estar perdiendo esa  libertad, creo que no se vale. No se vale. Y es por ello que es muy preocupante.

Y yo quiero decirles cómo le hizo Japón.

Japón quedó hecho polvo después de la Segunda Guerra Mundial, después de las bombas atómicas, la gente se moría materialmente de hambre... Pero hubo un gran político japonés que agarró un arroz, se lo enseñó a su pueblo y dijo, "¿Ven ustedes este arroz? Siémbrenlo, riéguenlo, fertilícenlo y coséchenlo. Y yo, la Conasupo de Japón, te lo voy a comprar al triple de lo que valga en el mundo." (Lo sigue haciendo hasta la fecha).

El campesino que en esos momentos no tenía nada de nada, y al recibir todo ese dineral por su cosecha, inmediatamente empieza a comprar. Pantalones, zapatos, blusas, mesas, sillas, bancas, estufas, planchas, focos, relojes, ventiladores, refrigeradores... y empieza la pequeña y mediana industria japonesa a trabajar las 24 horas del día. Y a mayor producción, menor costo. Y a menor costo, exporto. Y al exportar gano dólares, gano divisas, con las cuales pago la deuda externa, y ahora todo mundo le debe a Japón.

¿Qué hacemos nosotros?

Le pagamos una miseria al campesinado mexicano, traemos el maíz que nos hace falta, lo hacemos tortillas, lo hacemos chilaquiles, lo hacemos tamalitos de chipilín, y en 24 horas aquí [?] lo fabricamos y lo hacemos [cuacuau?]. Y con ese producto nunca vamos a poder pagar la deuda externa, y la deuda sí que crece, crece y crece...

Autosuficiencia alimentaria. Gran problema de mi México.

Segundo problema que tiene mi México. ¿Quién de ustedes, honestamente hablando, quisiera que si hijo o su hija fuera maestro de primaria o de secundaria? Levante la mano. [...] La primera vez que encuentro... siempre pregunto y es la primera vez que encuentro gente que me levante la mano. Es increíble. Por lo general, los jóvenes ahora van por el dinero, ya saben que como maestro nunca pueden llegar a ser ricos, (salvo dos casos muy especiales --los demás son pobrezones). Y lo preocupante es quién va a educar al futuro de esta nación. ¿Quién va a educar a nuestro México? ¿Quién va a educar a sus hijos? ¿Quién va a educar a mis nietos, si en los mejores hogares, con lo mayores recursos y los mayores principios, nadie, nadie quiere que su hijo sea maestro de primaria o de secundaria?. Y Confucio dijo: La nación o el individuo que no sepa respetar a sus ancestros, a sus padres y a sus maestros, será una nación o un individuo que se irá a la decadencia. Y eso es preocupante.

Y yo entiendo por qué los jóvenes no quieren ser maestros. Porque saben que como maestros no pueden llegar a tener dinero. Y la culpa la tenemos nosotros que le hemos dado tanta importancia  al que tiene y nos hemos olvidado totalmente del que es. Le hemos dado tanta importancia al que tiene, los Carlos Slims son los que salen en las mejores revistas, tienen palcos en los estadios, las mejores mesas en cualquier restaurant o cualquier show, y al que es se les olvidan todos, no lo toman en cuenta para nada. Eso es lo triste. La culpa la tenemos nosotros, todos los padres de familia, desde cuando estamos educando a nuestros hijos. Vean ustedes al papá que sale a pasear a su hijo en domingo de 8 años y vean ustedes qué empieza a decirle.

"¿Ya viste, hijito, en qué carrazo anda ese güey? ¿[ ] Ve en qué casota se acaba de meter ese güey".
"Hijito, ¿qué quieres ser de grande?"
--"Pues güey, papá..."

Pues sí.. porque le damos importancia al que tiene y nos hemos olvidado des que es. Eso es lo triste... Miren, porque ser maestro es una profesión de vocación, una vocación similar a la que tuvieron Aristóteles, Sócrates, Sullivan; maestro le llamaron a Vasconcelos, maestro le llamaron a Gandhi, maestro le llamaron a Buddha, maestro le llamaron a Cristo. Y uno solo de estos maestros con su enseñanza, y la congruencia en su enseñanza, han sido capaces de cambiar media humanidad. Que es altísima profesión, el ser maestro.


También mi padre me enseñó: si quieres riqueza para un año, siembra maíz; si quieres riqueza para diez años, siembra árboles frutales; pero si quieres riqueza para ti, y para toda la gente que trabaja contigo, siembra en ellos educación. Y el único factor, señores de las PyMEs, para generar riqueza es a través de la educación. Es por ello que es tan importante en tiempos de crisis la capacitación de tu gente. Es, en tiempo de crisis, es cuando es el invierno de una planta. Y en invierno es cuando se abona una planta. Se abona a través de una fuerte capacitación en tu personal, para que las raíces estén fuertes, esperando nada más que llegue la nueva primavera para florecer y para dar buenos frutos.

Pero tontamente, los empresarios, muchos empresarios recortan los presupuestos de la capacitación, de la educación en tiempos de crisis. Después se secan las pinches plantas. No se extrañen, no se extrañen porque se secan, porque no les va bien, porque no invertimos en la educación de nuestra gente; la única forma de generar riqueza es a través de la educación. De la educación formativa, de la educación... bueno, hasta la educación vial nos hace falta, la educación civil, la educación nutricional, todos los problemas de mi México se concentran en la falta de educación. En la falta de educación.


Y yo quiero platicarles en dónde invierte un país primermundista, y en dónde invertimos nosotros nuestro dinero. Miren, si nuestros gobiernos actualmente no pueden brindar buenos sueldos a los maestros de México, creo que es responsabilidad de todos nosotros, la sociedad mexicana, de brindarles mucho sueldo moral a nuestros maestros, sueldo moral de agradecimiento, de reconocimiento, y de profunda gratitud, y aprovecho la noche de hoy para que me acompañen brindando un fuerte aplauso de agradecimiento, reconocimiento y gratitud a todos nuestros maestros que tuvieron en la primaria y en la secundaria, y decirles gracias maestros por todo.

Ahora, les voy a contar una anécdota que me pasó con el presidente Salinas de Gortari cuando era padre de familia en nuestro Liceo Mexicano-Japonés. Era padre de familia, llegó a ser candidato a la presidencia y llegó a ser Presidente de la República Mexicana, y como a los 6 meses de ser Presidente de la República Mexicana lo vino a visitar el Primer Ministro de Japón. La cita que teníamos en Los Pinos era a las cuatro de la tarde y la comitiva japonesa estaba hospedada en el hotel Niko, que como ustedes saben está enfrente de Los Pinos y sólo Reforma los separa. Pero esa tarde había una gran manifestación de maestros que querían a como diera lugar llegar hasta Los Pinos a exigirle al Señor Presidente un aumento de sueldo. La comitiva japonesa, a pesar de tener cuerpos de seguridad, patrulleros y motociclistas, llegamos 15min tarde a al cita con el Señor Presidente. El Ministro japonés llegó echando lumbre, bien molesto, porque para ellos al puntualidad es ley de oro, donde no caben pretextos ni mucho menos excusas, porque saben que la excusa siempre está en medio de los excusados; son puras mentiras.

Llegó molestísimo, lo vio tan molesto el Señor Presidente, "No se preocupe Señor Ministro, sabemos que hay una manifestación de maestros que nos están pidiendo aumentos de sueldo. " El ministro japonés se volteó con el Señor Presidente, "Mire Señor Presidente: en mi gobierno, en mi burocracia, el mejor pagado es el maestro de primaria y de secundaria. Porque si a usted a ellos sólo les paga salarios mínimos, sólo hombres de salarios mínimos le van a poder entregar." ¡Órale! ¡Tradúcele esto al Señor Presidente! Pues [?] ahí va... No le quedó más que decir 'tiene usted toda la razón'. Pero para que vean en dónde invierte un país primermundista. En sus maestros.

Y en la burocracia japonesa como en la burocracia mexicana, está formada por ingenieros, licenciados, médicos, de todas las preofesiones. ¿Por qué en Japón el mejor pagado es el maestro de primaria y secundaria? ¿Por qué creen ustedes? Porque estos maestros el día de hoy ya están construyendo el Japón del 2050. Nada más y nada menos. ¿Qué estamos construyendo nosotros con nuestros maestros en Oaxaca...? Quemando autobuses, cerrando carreteras, saqueando comercios...  ¿Eso es el México que vamos a dejar a nuestras futuras generaciones? Eso es lo que me preocupa, lo que me duele. Que le debemos dar un cambio a esta educación, a una educación formativa de valores.

Tercer problema que tiene mi México. ¿Con quién firmamos el primer Tratado de Libre Comercio? Estados Unidos y Canadá. Y díganme ustedes qué han comprado hecho en Canadá. En Walmart, en la Soriana, en la Comercial Mexicana, en Sam's... ¿qué han comprado? Pero qué tal, ¿eh? Hecho en China, en Taiwan, en Hong Kong, en Singapur... ¿Qué, el Tratado de Libre Comercio fue con el Oriente o con Canadá y Estados Unidos? Como que no lo entiendo, como que no me cae el veinte. Pero para que vean cómo nos tienen agarrados nuestros vecinos... ojalá nomás fuera [?]

Mucha mano de obra en el oriente. Lo traen a la Unión americana, lo venden en sus Macy's, en sus J C Penney, en sus Woolworth, en sus Sears, en sus tiendas... y la mercancía defectuosa, la mercancía fuera de moda, la mercancía que está por caducar, la mercancía obsoleta, ni modo de regresársela a los chinos, están muy lejos. ¿Sabes qué? firmamos un Tratadito de Libre Comercio con los de allá abajo y les aventamos todos estos dardos. Y ahí estamos compre y compre por baratos. Sin entender que por cada compra que estás haciendo de productos extranjeros, le estás quitando el pan a muchos trabajadores de aquí. Nada más y nada menos. Después no nos sorprenda por qué hay tanta desocupación; por qué hay tanta criminalidad; por qué en las graduaciones por la escalera derecha viene subiendo un profesionista, aquí es certificado por el rector de la universidad, y por la escalera izquierda nomás está bajando otro desempleado más. Teniendo un país tan rico, no se vale...


Por eso son estos los 3 problemas que tiene México, que, señores empresarios, debemos de cuidar:

1) la autosuficiencia alimentaria,
2) una excelente educación formativa, y
3) elevar las fuentes de trabajo.

Y para que me entiendan empresarios, de este Capital Humano, lo que debemos de hacer todas las empresas y todos los mexicanos y yo --mis respetos porque son los empresarios los que generan riqueza en esta nación. Tenemos que entender que tenemos que hacer el pastel, el pastel llamado México cada día más grande, cada día más grande para que la rebanada que le toque a cada mexicano y que le toque al gobierno sea satisfactoria. Y no lo que estamos haciendo actualmente de pelearnos partidos contra partidos, candidatos contra candidatos, ejecutivo contra legislativo, poder federal contra el estatal y el municipal, sindicatos contra gobierno, y nada más estamos haciendo del pastel México puras migajas, y cada día es más chico, y esto a nadie le va a satisfacer. ¿Y cómo hacer al país México cada día más grande? Es con más trabajo, con más esfuerzo, con menos gastos, con más ahorro, con más empeño, con más fe en esta nación.

Miren, por eso en cada acto importante de tu vida, planta un árbol.  Para empezar, cuando nazca un hijo, plántale un árbol. Cuando entre a la primaria, que plante un árbol. Cuando se gradúe, que plante un árbol. Cuando ustedes se vayan a graduar, sus hijos se vayan a graduar de las universidades, planten un árbol.  Aún cuando se mueran, pidan en su testamento que les planten un árbol. En cada acto importante de tu vida, por favor planta un árbol.

Patricia, ¿cuándo cortaría el árbol que su papá y su mamá plantaron enfrente de su casa cuando usted nació? Nunca. ¿Lo amaría, lo cuidaría? Sí. Usted tiene como 24 años y el árbol está bien frondoso, pero si ese árbol, Patricia, hubiese sido plantado por un ex presidente de la República en una campaña  forestal de hace 4 sexenios, no se acuerda ni cómo se llamaba el condenado presidente. Y son dos árboles iguales, fíjense. Uno lo plantó mi mamá, mi papá. lo amo, lo quiero. Y mientras más años pasan, más lo amo y más lo quiero. El otro lo plantó Papá Gobierno y me importa un reverendo comino lo que pase con ese árbol.

Por eso las cosas que hace Papá Gobierno en México no duran. Nadie las cuida, nadie las protege. Y a mí me da coraje, por ejemplo, ver a los rectores de universidades públicas cómo hacen surcos en ir y venir, surcos en ir y venir a la Secretaría de Hacienda, a la Secretaría de Educación, para que les aumenten su presupuesto para dar una buena educación en sus universidades, teniendo en cada universidad 600, 700 jovenzotes bien ponchadotes, puros Latin Lover, puros Fernanditos Colunga, pero flojootes, que no hacen nada los condenados. Y yo quisiera que todas las universidades y las escuelas de México, como lo hacemos en el Liceo Mexicano Japonés, y se hace en Japón, una vez, un fin de semana de cada año se reúnen padres de familia, alumnos, maestros y entre todos pintan la universidad, pintan la escuela, pulen los pisos, barnizan las bancas, hacen los trabajos de carpintería, hacen los trabajos de electricidad, y hacen los trabajos de plomería. Entre todos; y entre todos la aman, la quieren, la protegen y la cuidan.

Yo he visto en universidades, señores, cómo se está secando un pobre árbol, un arbolito en la universidad, y no hay un solo alumno que agarre una cubeta con agua para ir a regar al pobre arbolito... "No, p's eso que lo haga el jardinero.... Eso que lo haga el jardinero; yo soy Ingeniero Agrónomo..." Fíjense, a qué llegamos, de veras, de responsabilidad...

Por eso las cosas no marchan. Por eso las cosas no marchan, porque todo esperamos que el gobierno lo resuelva."



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(3:20)
Hasta aquí llegué por lo pronto en la transcripción, después de estar trabajando (a ratitos) por como 6 meses. (Falta como media hora) Según como vea en los comentarios si les interesó y si quieren que le siga, probablemente siga actualizando el escrito aquí mismo.



Por lo pronto, si quieren escucharla completa, pueden bajar los archivos que puse al principio... creo que donde me quedé en el texto es el inicio del archivo # 3.

8 comentarios:

alexnike90 dijo...

Muy buena entrada! Todo lo que dice ese Kasuga esta para ponerse a pensar y a actuar.

No suelo comentarte, pero generalmente te leo :P Saludos desde Gdl :P

Xenomorph dijo...

Por favor, si publicas el resto de la conferencia te estaría muy agradecido.

Es algo que muchos debemos reflexionar.

El mecartistrónico dijo...

a: Sí, por eso me latió compartirlo...

Fui a visitarte, pero vi que ya terminaste... pero bueno por ahí te estaré leyendo


X: Creo que me pasó aclarar: la conferencia completa está en los archivos MP3 de arriba; lo que está incompleto es sólo el texto. EDIT...

Anónimo dijo...

Esta super interesante! Ademas es tan cierto todo le que dice!,,,porfavor sigue transcribiendo para completar la conferencia...gracias por compartirlo! Saludos y cuidate mucho...
A.latapie

Nana dijo...

Exelente conferencia, me sorprende que todo lo que dice es cierto, el es del tipo de persona que catalgo como sabiduria andante xD

Lo triste es que aunque las personas escuchemos esto seguimos igual :/

Gracias por el aporte :D

ViRiP dijo...

Te quiero!!! Eres un super ñoñis que se puso a transcribirla!! Déjame contarte que es una conferencia que es más bien un speech del sr Kasuga ya un tanto armada, en la fac alguna vez tmb dio la conferencia y se hizo ahí un extracto de la conferencia completa, voy a buscar si tengo el texto y te lo mando, x cierto gracias x mencionarme en tu blog =)

Anónimo dijo...

Hola

De verdad agradezco que nos hayas facilitado el descargar los archivos, pues los estuve buscando por todos lados, y como muchos ya lo han dicho, es algo que tenemos que reflexionar, y ademas me he dado la tarea de hacersela llegar a todos mis conocidos y sobre todo mis jefes ejejejej.

IG-88 dijo...

Hola es 2013 y apenas me entero de este señor en el otoño de la vida¡¡¡¡ por favor en donde puedo bajar lo audios, me marca un error.. mi correo es gdeanda09@gmail.com se los agradecería mucho.. todavía puedo salvar a mi hijos en la primavera de sus vidas.. un abrazo.