おもしろい標識 (Taka ga doloke diche)

Porque los duendecillos lo pidieron, regresa su querida sección de chistoretes malos con letreros raros:

 

1) La pizza del comedor de JICA Tsukuba es un poco insípida. Pero le echas queso parmesano y salsa tabasco,

image (Edificio de no sé qué, de camino al AIST)

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2) Camino a Nikko, me encontré esta estación de tren, que es donde se bajan algunos amigos míos:

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3) A Juan Manuel le regalaron una salsa picante de Indonesia. Parece que es especial para las amigas que están muy borrachas:

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Fin.

Soy gaijin pero me fijo...

Pásele, pásele, que mientras yo siga acá, sigo siendo de los Extranjeros en Japón...

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No todos andamos tan perdidos... vayan a leer lo que escribí allá.

Gaijin 2 - 0 Japoneses

(Publicado originalmente en Extranjeros en Japón)

 

"Extranjero" en japonés se dice gaikokujin 外国人 (literalmente, "persona de país exterior"), aunque para abreviar normalmente se dice gaijin.

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Cuando llegué a Japón, me sorprendió que la mayoría de los japoneses me trataron de manera muy amable. Sin embargo, de un tiempo para acá, no sé si mi humor ha estado diferente y veo más las cosas malas, o efectivamente la campaña del Mr. James ha surtido efecto y ahora los japoneses nos vuelven a ver como inferiores, pero el caso es que de alguna manera he sentido que esa amabilidad ha bajado. (A pesar de que yo no me pongo el saco de Mr. James y me parece gracioso e inofensivo. Pero vaya que ha salido al tema).

De alguna manera, después de siete meses aquí, de sentirme ya adaptado a cómo se hacen las cosas, de repente siento que Japón me dice "No, no eres de aquí, gaijin." Sólo de repente.

Sin embargo todavía me defiendo y a veces les doy la vuelta.

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Tsukuba, la ciudad donde vivo, se conecta a Tokyo por medio de la línea de trenes JR Joban, y una nueva que hicieron hace apenas cuatro años, llamada Tsukuba Express (TX). Esta última es más rápida que la Joban (y llega justo al centro de la ciudad, no como la Joban que está en las afueras), por lo que es bastante transitada. (Los trenes locales --paran en todas las estaciones-- tardan 55 minutos de Tsukuba a Akihabara, y los express --se brincan algunas estaciones-- tardan 45).

Acá en Japón es normal que en cada tren te encuentres dos o tres disposiciones diferentes de asientos en diferentes vagones. Para el caso del TX, hay unos vagones que tienen los asientos en pares encontrados (grupos de cuatro, dos viendo hacia adelante y dos hacia atrás... ¿me explico?).

Hace un par de semanas, llegué al TX con mi mochila y mi bolsa del konbini, con un sándwich, un onigiri y un jugo en cuadrito que acababa de comprar para cenar. Me senté en uno de los asientos que describo arriba; el asiento de enfrente y el de al lado estaban vacíos. En los asientos del lado opuesto del vagón estaba una familia japonesa; mamá, papá e hijo, como de unos 10 años. Se veían agradables. Los papás iban bromeando algo con el niño, que compartía sonrisas discretas. Puse mi mochila en el piso entre mis piernas. Saqué el jugo y lo puse en el asiento al lado mío. Traté de acomodarme la bolsa de plástico sobre las piernas para prepararme a abrir el sándwich, de manera que todas las migajas cayeran sobre la bolsa y no ensuciara el asiento. Mejor de una vez saqué el onigiri, y lo iba a poner sobre el asiento de al lado también, pero luego me acordé de sacar el popote, y pensé que al abrir el jugo a lo mejor se iba a caer, entonces si mejor lo sostenía entre las piernas....

La familia de enfrente me empezó a ver como diciendo "Ay, este pobre gaijin, mira qué relajo trae, seguro va a dejar todo sucio...)

Y entonces me acordé. "¿Para qué sufro, si aquí tengo mesita?" Alguna vez vi que un japonés (creo que era un niño) sacó una pequeña mesita del descansabrazos del asiento. Casi nadie las usaba, pero sí, ya alguna vez la había sacado yo también. Así que saqué la mesita y ya acomodé mejor mis cosas.

Como decía mi abuelita, "Soy guarín pero me fijo..." Bueno, en este caso sería "Soy gaijin pero me fijo..."

(No tengo ni la más mínima idea de qué significa guarín, pero así decía mi abuelita.)

Saqué la mesita y acomodé mis cosas. Y de reojo vi cómo papá, mamá e hijo me miraban sorprendidos y maravillados por lo que acababa de hacer. Con algo de risa, y quizás algo apenados por la opinión que hubieran podido tener de mí antes, abrieron los descansabrazos de sus asientos para ver si también había una mesita escondida, y se pusieron a estudiar cómo se sacaba. Oooooh.... sonrieron sorprendidos de lo que les vino a enseñar el gaijin.

Gaijin 1 - 0 Japoneses

El sábado pasado fui a Nikko. Cuando en algún libro de turismo o guía del paseante vean que dice "Si andas por Tokyo, visita Nikko, está muy cerca", por favor tachen esa oración, arranquen la página y quémenla. NO está cerca. Necesitas tener la inteligencia de Albert Einstein y Joan Miró juntos, e incrustada en tu cerebro la base de datos de todos los trenes de las diferentes compañías que pasan por la zona, con rutas, precios y horarios, para ser capaz de llegar a Nikko desde Tokyo; peor aún desde Tsukuba.

Necesitas eso, o preguntarle a Google Maps.

En fin, como no tengo la inteligencia de Miró, le pregunté a Google Maps, cómo ir y regresar. Mi ruta de ida fue arruinada por el chofer del JICAbus, y en vez de tardar dos horas y media tardé cinco, pero para el regreso estaba más preparado que nunca, listo antes de la hora y armado con una poderosa hoja de papel con kanjis, furigana, precios y lo más importante: hora exacta de salida de los trenes que debía tomar.

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Llegué a las 17:02 a la estación de Tobu-Nikko, listo para tomar el tren que saldría a las 17:20 hacia Shimoimaichi, donde haría mi primer transbordo. Al entrar a la estación de Tobu Nikko, sólo había dos andenes: p'allá, y p'acá. P'allá decía que el tren iba a nosédónde, y salía 17:27, y p'acá el tren decía otra cosa y salía 17:20, así que me fui p'acá. Ahí encontré un tren estacionado, con las luces prendidas y las puertas abiertas, pero casi vacío. Un par de señores trajeados (japoneses) lo miraban dubitativos, y dudaban si subirse o no. Oí que uno le preguntaba al otro algo como

「下今市に行くんでしょう?」

O lo que es lo mismo, "¿irá a Shimoimaichi?". Yo, tratando de hacerme el héroe (o al menos orgullosamente demostrar que sí medio entendí lo que hablaban entre ellos), me acerqué y les dije, en japonés "Creo que sí va a Shimoimaichi..."

「Oh, you believe...」

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Me contestaron en inglés y como que no sabían si confiar en mí o no. Entonces --también para asegurarme yo-- simplemente busqué el mapa del andén y vi que sí, no había de otra, definitivamente iba a Shimoimaichi. Me acerqué de nuevo con ellos y les dije "Sí, sí va.", señalándoles el mapa triunfante.

Ligeramente sorprendidos me dieron las gracias, y caminaron para subirse al vagón en una puerta más adelante a la que entré yo. Mientras se iban, oí que,  avergonzados, riendo decían entre ellos algo como "Estábamos tan perdidos que el gaijin nos tuvo que venir a decir..."

Gaijin 2 - 0 Japoneses

Dos horas y cuarenta minutos después, llegué a Tsukuba Center, tal y como lo predijo Google. Faltaban todavía unos minutos para que saliera el camión que me llevaría a JICA, por lo que decidí darme una vuelta por el centro comercial. Como ahí son bien flojos, ya habían cerrado las tiendas (cierran a las 8), y sólo estaban abiertos los restaurantes (hasta las 10). Eso me lo recordó un letrero que estaba atrás de la puerta de cristal que quise abrir y no pude porque estaba cerrada. Unos cuantos caracteres más, que tenían que ver con "abierto" y "por favor", y una flecha que apuntaba para allá, donde hay un pequeño patio y unas escaleras para subir al 2o piso, donde hay terrazas y otras entradas.

Fui, subí las escaleras, y vi que dos chavos se dirigían hacia otra puerta que estaba al final del patio, abajo de las escaleras, que también tenía un letrero igualito al que yo acababa de ver. Para mí mismo dije "Pero si ésa está cerrada, ¿no?" Como no estaba seguro, los dejé caminar... y sí efectivamente, intentaron abrir la puerta que decía que estaba cerrada. La de arriba era la que estaba abierta.

Pero bueno, esa no cuenta porque yo también caí, y a todos nos pasa que no leemos los letreros. Así que lo dejamos en dos.

Nota del autor:

Queridos amigos japoneses: en ningún momento quise expresar que soy superior, ni nada por el estilo. De hecho, ese "0" no debería ser cero, porque innumerables veces he recibido ayuda de japoneses. Este escrito sólo trata de contar mi historia de una manera ligeramente cómica, y sobre todo realza lo que "sí pude hacer" porque ocurrió después de un fin de semana en que no pude hacer muchas cosas, no entendí bien por ser extranjero, y también después de un par de meses en que McDonald's nos ha estado diciendo "Hay extranjeros que no pueden", y que también más de un japonés me ha visto feo por ser extranjero. Así que no lo tomen a mal, ¿ok?

El envío salió gratis

image Hace unos días compré por internet (play-asia.com) un juego de Xbox. Como es un juego de hace un año, estaba muy barato, y como la tienda está por acá el envío me sale gratis.

Hoy por fin llegó =)

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WTF!!

Me gustaba su puntualidad...

Cuando hablé de los trenes, hubo quienes se quejaron de que todo fuera tan cuadrado y tan puntual. Hoy tenemos un buen ejemplo de por qué eso es bueno.

Hoy en la mañana, el autobús de JICA (conducido por el mismo chofer que un día fue al Instituto con el único objetivo de pasar por mí, y no me quiso esperar dos minutos y me abandonó), en vez de salir a las 9:30am como debía, salíó a las 9:36.

Eso ocasionó que no alcanzara el primer tren a la hora planeada, y lo que debía ser un placentero viaje de dos horas y media hacia Nikko se convirtió en una horrible tortura ahoraadivinacuáltreneselbueno de CASI CINCO HORAS.

Y obviamente en Nikko anduve de un templo a otro como alguien con diarrea que no encuentra el baño.

Un buu para el chofer y para los que lo hicieron esperar por subirse tarde al autobús.

 

Fuera de eso, el resto del día me fue bien.

Muere Geocities

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Probablemente muchos de ustedes estén pensando, "¿qué es Geocities?"

Pues bien, imagínense un internet sin Blogspot, sin Youtube, sin Facebook.... lo sé, para algunos será difícil, casi imposible imaginarlo, pero traten de seguirme la corriente...

Hubo un momento, hace no tantos años, en que no existía Twitter, Wikipedia, ni hi5... es más, hubo un momento en el que no existía Google.

En ese mundo, el internet, sí, era libre, pero no era tan fácil tener presencia en él. No era como hoy que puedes sacar una cuenta de Blogspot y empezar a escribir estupideces que todo el mundo podrá ver. No. Tenías que saber de webhosting, servidores, y HTML. Había una temporada en la que sólo las grandes empresas y los geeks tenían presencia en internet. (Sé que antes de eso hubo foros y BBSs, pero yo no tenía internet en ese entonces).

Así que a alguien se le ocurrió crear un espacio donde pudieras hacer tu página de internet de manera gratuita. ¡Sí! ¡Gratis! ¡Podrías tener TU PROPIA PÁGINA DE INTERNET!

¿No les parece maravilloso?

Lo sé, hoy suena estúpido, pero en ese entonces era casi como salir en la tele.

Hubo varios de estos servicios; los más populares que recuerdo eran Tripod, Angelfire y Geocities. Cualquiera podía sacar su propia página ahí y escribir las tonterías que quisiera (aunque normalmente aparecían anuncios).

Aunque claro, no era tan fácil como darle click a un bonito botón de "Publicar nueva entrada". No. Tenías que abrir tu bloc de notas, o editor de HTML favorito, y escribir algo como

<HTML>

<HEAD>

<TITLE>Pagina de panchito</TITLE>

</HEAD>

<BODY>Hola, soy Panchito y esta es mi pagina web.</BODY>

</HTML>

Luego lo subías al servidor (al principio tenía que ser por FTP, ya luego hicieron que fuera como adjuntar un archivo a un mail), e ibas a la dirección www.geocities.com/panchito y tenías una bonita pantalla en blanco con un texto en negro que decía Hola, soy Panchito y esta es mi pagina web.

Ahora que si querías ponerle colores, imágenes, fondo, links, cambiar el tamaño de la letra, etc, ya tenías que saber más tags como <FONT>, <IMG> <A>, etc.

Lo más molesto era que si, por ejemplo, querías escribir

¿Quién irá al cumpleaños del Pingüino & compañía?

tenías que escribir

&iquest;Qui&eacute;n ir&aacute; al cumplea&ntilde;os del Ping&uuml;ino &amp; compa&ntilde;&iacute;a?

para asegurarte de que los acentos y demás caracteres no-gringos iban a aparecer correctamente en cualquier computadora.

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Ahora bien, estas incomodidades no impedían que la gente tratara de comunicar sus ideas, así que empezó a haber una gran cantidad de páginas en Geocities. Creció, y pronto (o tal vez tarde, pero definitivamente en algún momento entre el momento en que nació y la semana pasada) fue comprado por Yahoo!.

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Y la cantidad de páginas en Geocities siguió creciendo. No sólo de tonterías, sino también recuerdo una importante cantidad de trabajos e información científica que podías encontrar alojada en Geocities. Lo interesante era que no era como los blogs de ahora, que sólo puedes subir texto y fotos y ya, sino que podías guardar cualquier tipo de archivo; imágenes, programas, documentos... eso sí, tenías que encargarte del diseño y del Layout tú sólo, usando puro HTML o ayudándote de algún programa tipo Dreamweaver.

Imagínense que, así como ahora cualquier cosa que busques, encontrarás muchos links a Wikipedia y a Blogspot, pues en ese entonces aparecían muchos links a Geocities.

Y este mes llega un recordatorio de que la información en internet es tan eterna como los servidores donde está alojada. A mediados de este año, Yahoo! anunció que para darle prioridad a sus servicios de alojamiento web de paga, iba a desaparecer Geocities en algún momento. Y ya está la fecha oficial. El 26 de octubre, toda esa información que hábilmente acaban de imaginar, desaparecerá si sus dueños no la rescatan antes.

(Así es: lo mismo pasará con tus poemas cursis en unos años cuando Google decida matar a Blogger, y con los videos donde cantas borracho, cuando en 2014 las sociedades de derechos de autor maten a Youtube.)

Pero regresemos al pasado por un momento. A principios de 2002 (ya algo tarde) a su servidor le enseñaron HTML en la carrera, y descubrí eso de Geocities.

Y sí, saqué mi página. Ahí subía las fotos de los viajes que hacía con el grupo de teatro, un trabajo de las Torres de Hanoi (que por un tiempo fue famoso), algunos cuentos ñoños que escribía, y poemas (medio chafas) que le hacía a mi novia.

E intuitivamente empecé a hacer un blog. Claro que era bastante menos interesante que éste; en aquél escribía tonterías como "Hoy tengo mucha tarea" o "Ayer mi novia me regaló un chocolate =)" o "Ya aprendí a cambiar el color del fondo de la página". Pero sí, el caso es que yo era un blogger --bastante malo-- desde antes de que Blogspot se hiciera famoso y probablemente mucho antes que los trolls que hay en Recolectivo supieran prender una computadora.

Esa página no sobrevivió muy bien al paso del tiempo; sobre todo porque en varias ocasiones tuve desilusiones amorosas que me provocaron arrebatos de coraje y la despedazaba parcialmente (a la página, no a la chica), borrando poemas o incluso quitando la página principal, hasta que llegó un momento en el que me dio flojera reconstruirla. (Además, tenía muchas cosas en Javascript que dejaban de funcionar cada vez que Geocities agregaba más anuncios a la página).

Sin embargo, si a alguien le interesa ver las ruinas lo que sería el antepasado de este blog, pueden ir aquí. Les advierto que hay partes muy chafas, partes muy cursis y partes muy ridículas.

Antes de que Geocities desaparezca, junto con una cantidad importante de contenido generada en su época.

De hecho, algo que me preocupa, es que ahora que estaba respaldando los archivos, vi que muchas cosas que hice para este blog --canciones, imágenes, etc-- están alojadas ahí, así que tendré que reacomodarlas. No les sorprenda que el 26 de octubre empiecen a fallar algunos dibujos y links de aquí. Lo corregiré en cuanto pueda.

El paso del tiempo

Los japoneses son muy comeaños. Todos se ven jóvenes, o al menos a nosotros todos nos parecen más jóvenes de lo que realmente son. Los ancianos son muy saludables, es una población muy longeva. Puedes ver a ancianos jugando con sus nietos (justo ayer en el parque junto al JICA vi a uno colgado cual chango de un soporte de columpios), haciendo ejercicio, incluso escalando el monte Fuji. Parece que en su cuerpo no hay marcas del paso del tiempo, o son más lentas.

Sin embargo, para equilibrar el asunto, su ambiente está lleno de ellas.

Llegamos a Japón en marzo, muy emocionados porque nos tocaría pronto el famoso hanami 花見, es decir, ver el florecimiento de las sakuras. Esos árboles que se ponen todos rositas en primavera. Cuando nos dijeron que sólo duraban una semana, a lo mucho dos, no les creímos.

DSC00764 desde el salón

Nos dijeron que sólo tendríamos un fin de semana para verlas si queríamos ir a algún lugar lejos; nuestras opciones eran Himeji, Kyoto, Nara o el Castillo de Osaka. Se veían por todos lados (incluso desde la ventana del salón), y tomaron muchos días en crecer, por lo que nos costaba trabajo creer que desaparecerían tan pronto y así.

Pero efectivamente, un día empezó a nevar petalitos rosas, y la semana siguiente ya estaba todo verde.

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Algo a lo que nos acostumbramos a ver por todos lados, de repente desapareció.

Otra cosa muy efímera y muy característica de aquí son las cigarras. En verano, de repente empieza a hacer mucho calor, y durante el transcurso de dos o tres días gradualmente empieza a haber muchas cigarras (semi 蝉). Y de repente te das cuenta de que por todos lados se escucha un omnipresente chillido compuesto de distintos sonidos diferenciables, que alguna vez escuchaste en alguna caricatura japonesa.

Igualmente, ya que te habías acostumbrado a escucharlo y tu oído por default lo filtraba, un día empiezas a ver bichotes muertos por el suelo, y al día siguiente un estridente y pesado silencio se mete a tus oídos como si estuvieran sumergidos en mercurio. No más cigarras, hasta el año que viene.

Cuando llegué a Tsukuba, por todos lados estaba lleno de terrenos con lodo. Me dijeron que eran campos de arroz. Un día el lodo amaneció inundado. Puesto que crecí rodeado de edificios, no tenía idea de cómo es el arroz antes de llegar al costal que está en los supers. Pero sí, un día me tocó ver una especie de tractor que iba entre el agua acomodando perfectamente unos ramitos, clavándolos en el lodo cada 25cm.

DSC01879 campos de arroz

Los ramitos fueron creciendo, el agua fue desapareciendo, y un día me di cuenta de que todo lo que era horrible lodo junto al que tenía que pasar para llegar al instituto, ahora estaba todo cubierto de verde.

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Luego empezaron a salir los granos, y se empezó a poner amarillesco.

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Pero todo ciclo termina, y una mañana me di cuenta de que ya había llegado el día de la cosecha.

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Así, aunque los japoneses no tengan marcas en su cuerpo que les recuerden el paso del tiempo, su ambiente no se los perdona.

No me queda mucho tiempo en esta estancia en Japón. Durante dos años trabajé para llegar aquí. Ayer ya se fue la persona más importante para mí. A mí me queda un mes. Todavía me quedan muchos lugares por conocer, pero por un lado ya estoy un poco cansado del ajetreo de hacer y deshacer maletas, subir y bajar del shinkansen, sacar (y no meter) dinero, pasar la noche en autobús, reservar cuarto de hotel. Por otro lado, no es tan padre viajar solo. Y por otro lado (porque es triangular el asunto), sé que nunca voy a terminar de conocer Japón, al menos no en un año, no ocupando sólo los fines de semana. Así que, con lo que alcance a conocer, me doy por muy bien servido, y ya regresaré algún día para todo lo que me falte.

¿Hyrule = Japón?

ATENCIÓN: Si usted, estimado lector, no ha jugado varios de los videojuegos de The Legend of Zelda, probablemente no encuentre relación entre los hechos que describo y las ilustraciones, o quizá no le encuentre sentido alguno al escrito. Gracias por su visita.

No hay duda que los diseñadores de The Legend of Zelda viven en Japón, puesto que eso irremediablemente se refleja en los juegos.

En julio, caminando por Kyoto, de repente empecé a meterme entre callecitas, y llegué a un bosquecito al fondo del cual había un cementerio y un templo. De hecho hay templos similares por todo Japón, pero cada uno tiene lo suyo.

También el templo Meiji, uno de los más importantes de Tokyo, está como en el fondo de un bosque.

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En algunas ciudades, puedes recorrer grandes distancias bajo tierra, porque las estaciones de metro están conectadas (es decir, puedes caminar de una a otra; muchas veces hay tiendas, o centros comerciales enteros subterráneos). Una vez buscando una estación de metro en Tokyo, caminé por túneles y más túneles hasta que llegué a la siguiente estación.

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Cuando el sol se está poniendo, los bosques y las paredes de piedra de los castillos agarran un dorado bien padre. Bueno eso en todos lados, pero a mí varias veces me vino a la cabeza clarito el tema de Twilight Princess.

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También he visto muchas arañas. "Por encimita" ves muchas 'normales', pero si le buscas un poquito puedes encontrar algunas más grandes y atemorizantes, digamos, 'especiales'.

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En todos lados te dan tarjetas de puntos de lealtad. No sólo en grandes tiendas comerciales y de electrónica, sino también en la peluquería, en la cooperativa del AIST, o en el comedor del JICA Nagoya.

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La estación Akihabara del tren Tsukuba Express es un poco enredosa. Al salir del tren hay que subir como 4 pisos. Aunque los pasillos son amplios, sí están un poco laberintosos. Obvio no te pierdes y están bien señalados. ¿Pero los ciegos? Ah, pues para los ciegos, hay un sonido de un pajarito que se va activando en diferentes puntos de la estación en secuencia. Así que para encontrar el camino, tienes que ir siguiendo el sonido. Eso lo he visto aplicado en varias estaciones.

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Y... me dijeron que hay esto en Kamakura, aunque la vez que fui no lo encontré:

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Y LOS PILONES:

En verano hay muchos bichos (como las cigarras que se la pasan todo el día chillando). A los niños les gusta buscarlos y atraparlos, y creo que a veces los ponen a pelear.

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Y, no sé si sólo soy yo, pero las dos veces que he visitado el puerto de Kobe, me viene a la cabeza el tema de "Ricco Harbor" de Mario Sunshine

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Algunos datos interesantes relacionados:

  • Esta entrada llevaba pospuesta como desde mayo.
  • Originalmente se iba a llamar "Detalles Nintendescos de Japón" pero al final me di cuenta de que era 90% Zelda.
  • Algunas fotos no son mías.