Viendo el lado bueno

Hace un par de días ya había decidido que lo siguiente que aparecería aquí sería un post quejoso-optimista sobre lo mucho que odio el tráfico de la Ciudad de México.

(Quejoso-optimista: parte de mi filosofía de vida. Si te vas a quejar de algo, no lo hagas describiendo todo lo que odias. Mejor describe cómo es que debería ser.)

Sin embargo, hoy fue un buen día, y como no tengo nada mejor que escribir, lo voy a compartir con ustedes.

Después de que desperté, me volví a dormir, volví a despertar, me bañé y me vestí de prisa, salí del departamento. Pensando en lo que tenía que hacer en el día, cerré las dos llaves de la puerta. Caminé el pasillo, llamé al elevador... y el condenado elevador no llegaba. Se tardó... se tardó... se tardó.

Después de como uno o dos minutos, abrió la puerta... y en ese momento me cayó el veinte de que hoy no tenía que cerrar las dos llaves porque viene la señora de la limpieza. Regresé a abrir la de arriba. Si hubiera llegado el elevador pronto, no me hubiera acordado... y luego todo el día hubiera tenido el cargo de conciencia de que la pobre señora hizo su recorrido de una hora desde su casa para encontrar la puerta cerrada y tenerse que regresar.

Caminé a la pensión. Llegué justo a tiempo para sacar el coche a la hora, para que no se enojen. ¡Qué tonto! ¡Los libros de mi asesor! Hoy voy a ir al Tec, se los tengo que llevar. Ni modo, a darle en el coche toda la vuelta a la cuadra, meterlo tantito al garage, subir corriendo por los libros --y pues ya de una vez, mi carpeta de Xango por si se necesita--, y bajar de nuevo.

Oh, pequeño detalle: al darle la vuelta a la cuadra, ahora sí pude tomar el carril de la derecha de Xola. Cuando salgo de la pensión, me tengo que ir por el izquierdo, y por los carriles del nuevo Metrobús (que ahorita sólo los inteligentes lo ven, como las ropas del emperador) no puedo dar la vuelta a la derecha en Cumbres de Maltrata... tengo que dar una vueltotota por otras callecitas. Pero ahora que venía en el carril de la derecha sí pude darme la vuelta directo sin tener que esquivar taxis y microbuses.

Llego a la oficina... mi computadora murió ayer. Hablo de nuevo a soporte y me dicen que "como ya hay que hacer reemplazo del equipo, y hay que ver disponibilidad en almacén, sí va a tardar un rato..." (ahi pa' Navidad). Peor aún porque el programa que usamos (Edinat) está algo obsoleto y necesita Windows 2000 para correr bien, (en XP ya no jala bien) y ya quieren poner XP en todas las computadoras.

Inteligentemente, llevé mi laptop a la oficina. Pasarme todo el día intentando echar a andar todos los programas que uso en mi lap (incluyendo el mencionado Edinat... en Windows Vista) fue bastante más entretenido y retador que estar esperando todo el día un correo confirmando que Área Técnica ya decidió las especificaciones del proyecto y que puedo empezar. Finalmente logré echar a andar casi todo, digamos como al... 80%. Sí; el programa que no funcionaba bien en Windows XP y con Word XP, lo hice funcionar casi completo en Windows Vista y con Word 2007.

Aplausos.

No sé por qué salió al tema, pero mi compañera de junto, Reyn---digo, Rigoberta (no le gusta que publique su nombre en internet) se quejó de que no podía mover su computadora del trabajo (una laptop) porque está amarrada con uno de esos candados de combinación, que puso alguien que ya no trabaja ahí y ya nadie sabe cuál es la combinación.

Yo recordé que en Canadá a Gaby se le olvidó la combinación de su maleta... y con un poquito de tacto y paciencia, logré abrirla.

Así que me puse el reto de intentar abrir el candadito éste. Al principio me iba a dar por vencido (la maleta tenía tres dígitos, y éste, cuatro... y mi método comienza por probar todos los números desde el 001 hasta que se empiecen a sentir diferentes los cambios), pero finalmente en menos de 3 minutos logré abrir el candado. Así, sin forzarlo ni nada. Simplemente poniendo atención a cómo se sentía cada ruedita al girar y presionar el botón. Y lo abrí. 1087.

Aplausos.

Mi única invitada para el plan de negocios de hoy en la noche me canceló. Pero eso significó que ya no tenía que pasar por ella... y entonces que podía irme al tec directo desde el trabajo.

Así que, en vez de pasar 30 min en el tráfico de la oficina a mi casa, y luego 1hr 20min de mi casa al tec (debería ser menos pero a esa hora hay mucho tráfico), sólo perdí 25 min de la oficina al tec. Allá, tuve tiempo de ir a presionar por mi diploma de especialidad que me deben desde hace dos años y medio, terminar de leer un libro que me regalaron, tomar un café, dejar en la oficina los libros de mi asesor, y platicar tantito con Andrea en el msn.

Estuve platicando con ella sobre las penas que le han estado aquejando. Aunque la conversación fue corta, quiero pensar que algo le dejé.

Ya después, Carrillo me había pedido que yo diera el plan de negocios. Supongo que lo di muy bien, porque al terminar dos personas decidieron inscribirse. Una ya medio sabía, pero el otro llegó sin saber nada... y con sólo oír mi plática se convenció. Qué bueno que llevé mi carpeta, porque Chava sólo traía una copia de la solicitud.

Aplausos.

De regreso a mi casa, en la lateral de Periférico antes de salir a Tlalpan, se me cerró medio feo un camión de esos que transportan coches. Traía hasta atrás un Cordoba plateado. Quiero uno de esos... nomás que rojo. Y arriba traía otro que se veía bonito... pero no supe qué modelo era. De hecho, traía un "parche" blanco pegado alrededor de la chapa de la cajuela... y otros dos a los lados junto a las calaveras. Intuyo que se trata de un modelo nuevo, súper secreto, que nadie debe saber que existe aún, y por eso le taparon el logo y el nombre del modelo. Y yo fui el primero en todo el mundo en verlo. Estaba padre.

Moraleja: Si del cielo te caen limones, haz limonada.

4 comentarios:

Ninja Peruano dijo...

Qué chafa, los posts que son 100% quejosos son más entretenidos.
Te recuerdan que tu día no fue el único que apestó.

Por cierto, ya tienes muy abandonado mi blog quejoso.

El mecartistrónico dijo...

Sí verdad? Ahora que lo leo es medio gay ser tan optimista.

Pero es que no me ha pasado nada divertido ni he tenido tiempo para estructurar una queja de manera creativa, y me rehúso a no cumpliri con mis 6 o 7 posts mensuales jjaa... aunque he andado algo carente de inspiración.

Y sí leí tu aventura de cómo pintar un baño y cómo no hacer enojar a tu amigo, antes de que muriera mi computadora de la oficina, sólo que no supe qué comentar... supongo que en ese momento llegó mi jefe o algo así.


De hecho sigo sin saber qué comentar. Pero sí lo lei.

Vain¡lla dijo...

La conversación fue corta pero provechosa, y me dejó más de lo que crees.
Gracias primo!

Marlenne Magallanes dijo...

ASH pues a mi me gustó el post, cuando andas de miau (así digo yo cuando estoy triste) no'mas te salen más mal las cosas, aunque sí Ninja, es más divertido........ Para los otros..... Osh