Tengo que dejar de ir al Tec.


Hoy otra vez tuve que ir al Tec a ver a mi asesor. Como me cambió el horario para verlo y aparte salí tarde del trabajo, ya no me dio tiempo de ir a correr en la pista antes de verlo.

Tengo que dejar de ir al Tec.

Cuando terminé de hablar con mi asesor (me quedan dos semanas para acabar), apenas empezaba a oscurecer; más por lo nublado del clima que por la cercanía de la noche. Creo que no he terminado de romper esa asociación entre las nubes y la tristeza. Sé que está en mí la decisión sobre ponerme triste o no, pero hoy no pude evitarlo.

Volteé a ver el cielo color concreto. Ya no tuve ganas de ir a correr. "En unos 20 min ya va a estar lloviendo, y de cualquier manera para cuando acabe ya va a estar anocheciendo. Mejor... mejor ya me voy a la casa a tratar de terminar la tarea de japonés. Sí, ya me voy..."

No hice el mismo recorrido que hace dos semanas, sin embargo por alguna razón no tenía ganas de irme así como así. Crucé de nuevo hacia el gimnasio. Me puse de pretexto ir a preguntar si iba a estar abierto en verano.

Ahora lo que están destrozando son mis Aulas Magnas, que --apenas me di cuenta-- de alguna manera eran salones a los que les guardamos cierto cariño. Eran.

Pronto me di cuenta de que lo que quería encontrar no eran mis antiguos salones, bancas o cafeterías. Lo que más me pegó hoy, más aún que el cielo gris, fue darme cuenta de que hoy no iba a tener la buena suerte de encontrarme a alguien querido. Todavía hace un mes, antes de que terminara el semestre, sí había personas queridas merodeando por ahí, esperando a que me encontrara con ellos/as en algún pasillo donde ninguno de los dos se supone que debíamos estar.

Pero hoy, todas las caras que me pudiera encontrar serían caras extrañas.

Ahora sí, ya no tengo nada que hacer allí.

1 comentario:

Odile dijo...

A mi no me gusta el Tec, ¿osea que onda con su arquitenctura mezclada?.
Pero espero termines pronto con la tesis.