Un día cualquiera. 2009

Suena el teléfono. Exactamente al mismo tiempo empieza a sonar la chicharra del reloj, y escucho que se prende la tele. Mi cabeza ya está lo suficientemente entrenada y entiendo a la primera. "Son las 7 en punto. Comenzamos con las noticias...". El teléfono sigue sonando, haciendo competencia a la chicharra. Con una mano muevo el switch --no, mejor aprieto el botón, no me vaya a volver a dormir-- y con la otra levanto el auricular. Una voz pregrabada, en un japonés clarísimo, me da los buenos días. 「お早うございます。7時でー」.Cuelgo antes de que termine de decir la última sílaba. Empieza a sonar mi música en el Nintendo DS.

¿Por qué se prendió la tele en el canal en japonés? Le cambio a CNN. Ah, sí, se me olvidaba que ya están haciendo traducción simultánea de CNN. Ahora no entiendo ni el inglés ni el japonés. Hablan al mismo tiempo. Aprieto uno a uno todos los botones del DS hasta que se calla. Descanso los ojos otro poquito.

Vuelve a sonar la chicharra. Y la música. O tal vez estaba sonando desde hace tiempo. 7:23. CNN sigue en injagleponés. Busco el control. Le cambio a las noticias en japonés. Al menos me enteraré del clima. Me levanto, abro la cortina para que entre la luz. L+R+Abajo+B para que el DS se calle definitivamente. Si no me apuro, se me va a ir el autobús. Entro a bañarme.

Definitivamente la regadera "de teléfono" es cómoda. También es muy cómodo que luego luego sale el agua caliente. ¿Todavía no se acaba este shampú que compré desde que llegué a Tsukuba? ...

Salgo del baño. ¡El clima! Ya están dando el de todo el país, demasiado tarde para enterarme del de aquí. Mis ojos magnéticamente se posan en el kanji de Osaka, 大阪 , al que tanto cariño le agarré. ¿Cómo va a estar Coibita San en Nagoya? 名古屋: Solecito con nubecita. Es curioso cómo hasta el clima lo ponen kawaii. Para la lluvia, ponen un paragüitas. ¡Ya es tarde! Me iré en bici. Tomo la mochila y salgo de prisa.

Bajo al comedor. Juan no está, seguro está ya en el camión. ¿O no? Mejor bajo a avisarle al chofer que me voy en bicicleta, no me vaya a estar esperando. ¡Ohayo gozaimas! Le doy los buenos días a los de la recepión. Ahí está el chofer, a punto de subir al autobús. ¡Ohayo gozaimas! Kyou, jitensha de...

Me contesta sonriendo, como siempre. お早うございます!自転車?はい、分かりました。。。

Regreso al comedor. Ahí están Adrián, Javier y Álvaro. ¡Buenos días!

--¡Apuráte, que se te va el autobús!

--Sí, hoy me voy en bicicleta...

Pero ellos no, así que llevan sus charolas a los racks y salen corriendo. Sólo queda Adrián, con los nuevos latinos que llegaron antier. Yo paso al mostrador. Ohayo gozaimas... Hoy, como casi siempre, hay huevo revuelto, carne, las tortitas de papa esas extrañas, ensalada, huevo duro... tomo la carne y el huevo revuelto. La cocinera, sonriente como siempre. お早うございます!バナナ?Sí, un plátano está bien. Hai, banana wo kudasai... パンSí, pan también. Hai, pan kudasai... ringo juusu onegai shimasu... Arigato gozaimasu.

Me sirven mi jugo de manzana. Llevo mi charola a la mesa, me siento junto a Adrián.

--¿Cómo está, México?

--Bien, bien, ¿y tú?

--Hoy voy a cosechar mis tomates, y me olvido del trabajo por lo que queda del mes. Hey, el sábado vamos a un boliche en Tokyo, a buscar unas minas...

-- No puedo... desde el viernes me voy a Nagoya a visitar a mi novia...

-- Ah, cierto, que tú tienes tu propia mina...

Termino mis huevos revueltos y mi jugo. Le corto un pedazo a los panes para que quepan en mi tupper. Me como las tiritas de pan, me hago un sándwich con la carne, guardo el tupper y el plátano en la mochila, dejo la charola en el rack y bajo.

Le entrego mi llave al de la recepción, Itte kimas!, y me voy hacia la cabina del guardia --いってらっしゃい me contesta mientras camino-- para pedir la bicicleta. Ohayou gozaimasu... Jitensha wo kudasai... Anoto mi nombre, número de cuarto --526-- la hora de salida, destino "2 - AIST East", y firmo, y me entrega la llave de la 83. Una rápida checada a la lista y veo que Juan salió desde hace tiempo, en la bicicleta 75.

No entiendo por qué a veces empiezan a entregar las bicis desde la #1, y a veces empiezan como desde la 50. Supongo que para que no se gasten más unas que otras. Hace calor. Quito un par de telarañas que cuelgan de la bici al toldito. Pongo mi mochila en la canastilla. Ajusto el asiento, y vámonos. Salgo del estacionamiento de JICA.

Es agradable andar en bicicleta por las mañanas. Lástima que ya empieza a hacer calor. Paso las primeras casitas. El perro de siempre ladra cuando paso. Lo bueno es que hoy no está Okazaki, y voy bien con el proyecto, así que no hay prisa por llegar. Me tomo mi tiempo. Me detengo en la esquina y me fijo en el espejo que está en el poste que no venga ningún coche. Cruzo la calle, paso entre las últimas casitas y salgo a los campos de arroz. Me tomo mi tiempo.



Me voy fijando entre tanto verde a ver si aparece una grulla como ayer. Paso por debajo del puente, más verde. Ahí hay una. Me orillo, me bajo de la bici, pero en lo que saco la cámara de la mochila, ya voló más lejos. Vuelvo a guardar la cámara y continúo mi camino. De recorrerlo casi diario, creo que pronto podré hacerlo con los ojos cerrados =). Otras casitas. Más arroz, el túnel, cuidado a ver si no viene coche del otro lado. Más campos de arroz. Dar la vuelta en el cementerio. La máquina de bebidas a media calle, que dice "Snap-on", pero que por alguna razón yo siempre leo como "5am-pm". ¿No se echarán a perder las bebidas, estando siempre en pleno sol? Otro tramo más de casitas --dejo pasar a un coche--, luego el restaurante de ramen y la casa con el yate estacionado. Llego a la carrretera. Presiono el botón del semáforo, para cruzar, y espero...



Un japonés me rebasa y se anima a cruzar sin esperar al semáforo. Ciertamente tarda mucho. Pero los coches vienen muy rápido. Mientras, observo a lo lejos el contorno del Monte Tsukuba. Aprovecho que el día está despejado para tomarle una foto. El semáforo se pone en verde (¿o es azul?) y por fin cruzo. Más sembradíos. ¿Qué es eso? ¡Un CD! ¡Un CD colgado de un palo! Debe ser para espantar a los pájaros. Le tomo una foto... en la noche lo pondré en el blog. Tal vez haga algún comentario chistoso. Rodeo el campo de golf. Mantengo la respiración porque ya voy llegando al granero donde seguramente guardan estiércol. Un par de sembradíos más, y por fin llego a lo que ya podríamos llamar la ciudad.

Corto un poco de camino por el estacionamiento del restaurante de tonkatsu. Un día vendré a comer con Coibita San. Dice Juan que también se puede llegar al instituto yéndose por ese parque. Otro día lo intento. La banqueta aquí sube y baja con cada entrada de tienda, pero creo que ya lo tengo dominado. Me hago a la izquierda para dejar pasar a unos estudiantes que vienen en sus bicis en sentido contrario. Dos platicando y el otro con una mano en el manubrio y otra en el celular. Paso por los cines, el Yamada Denki (electrónica) y el "Tsukuba You World". Creo que es un lugar de maquinitas o algo así, algún día tengo que venir.



A esperar otro semáforo. Éste no se tarda tanto. Corto camino por la diagonal hasta llegar al Lawson. (No se extrañan los Oxxos.) Por fin llego a Higashi Odori (Calle Este). Cruzo de una vez para no tener que subirme al puente peatonal al llegar a la otra avenida. Paso por los condominios que están construyendo. Un par de cuadrototas más, vuelta a la derecha, y llego al AIST.

Estaciono la bicicleta en la cobacha de siempre. Le pongo el candado, saco la llave. Acerco mi mochila al sensor de la puerta --la credencial está adentro--, espero al 'beep-beep' y abro la puerta. Subo las escaleras. Entro al laboratorio, pongo mi imancito en "presente". Juan ya llegó. Okazaki está en "Viaje de trabajo". Ohayo gozaimas, saludo a Ikeda-san.


Enciendo la computadora. En lo que carga, voy a guardar mi tupper al refri. Regreso y me siento frente al monitor. Ikeda-san me trae la tradicional taza matutina de té verde. Arigatou gozaimas. ¿En dónde me quedé ayer? Ah, sí, ayer logré leer variables globales de C++ desde LabVIEW. Hay que hacer un método para setearlas, a ver si las puedo escribir. Probemos con el mismo ejemplo de antes, una superficie háptica virtual para el Phantom... pero ahora que se pueda cambiar la posición de la superficie con un slider desde el LabVIEW. Hmm.. entonces mi función sería algo como

void setLim(double y)
{

Ah, sí, primero hay que definir la variable global. Que sea double yLim. Ahora sí, yLim = y; }. Lo integro con el programa de ejemplo aquél... aquí cambio el 0 por yLim.. ahora sí, compilar.... como DLL...

Abro LabVIEW. Armo el correspondiente VI de prueba, con su slider y el bloque que le meta valores al setLim del DLL. Sostengo fuerte el joytick, no vaya a ser que la fuerza lo saque volando, y con la otra mano le doy click al Play. A ver, ahí está el plano. Se siente liso y firme, tal y como si realmente hubiera algo bloqueando mi movimiento. Muevo el slider en la pantalla y siento un golpecito. ¡El plano virtual subió! ¡Funciona! ¡Funciona! Y también puedo leer la posición al mismo tiempo. Ya con eso, ¡puedo hacer cualquier cosa!




Paso el resto de la mañana documentando lo que hice, con diagramas, capturas de pantalla y todo. Intercalo diagramas con twits. Manuel y Felipe twitean sobre el último post de Nora. Sigo con mi documentación. A medio día sube Juan, contento de que ya logró armar su primer prototipo del mecanismo. Me pide ayuda para programar una secuencia de movimientos en LabVIEW.


Suena la musiquita de la hora de la comida, seguida de la grabación que dice algo de que apaguemos las luces y las computadoras que no vayamos a usar. Termino de explicarle a Juan cómo meter su ciclo For dentro de un ciclo While para que pueda ejecutar la secuencia varias veces sin salirse del programa. Y aquí pones un botón de Stop... y listo. No se te olvide cablearlo al Stop del ciclo.

Salgo del laboratorio para ir a la tiendita a comprar algo. Bajo. Camino por el pasillo techado, buscando fijándome en las orillas del toldo a ver si hay alguna araña colgando por ahí. Llego al letrero <= 食堂 y giro a la izquierda. Un señor que va saliendo me detiene la puerta. Hai, doumo... Al fondo está la cafetería, pero yo me dirijo a la tiendita. Recorro el refrigerador y el par de anaqueles que tienen. Me compro unas galletas y un jugo de manzana. La cajera ya me conoce y sabe que puede cobrarme en japonés. Regreso al edificio, entro a la sala de juntas/sala de café/comedor.

Ya está ahí, como siempre, Tokuno-san, con su cajita de obento, toda bonita envuelta en un pañuelo. Un par de veces le he tratado de hacer plática, pero como que es demasiado tímida. Saco mi tupper del refri, así como mis paquetitos de jamón y queso. Complemento el sándwich. Llega Juan con su manzana y su flan que, como siempre, se compró en la tienda. Empezamos a comer. No llega nadie más al comedor. Juan me vuelve a contar de cómo el fin de semana pasado se fue a Kashiwa a bailar salsa, y que el dueño del local --un peruano-- le dijo que si no quiere dar clases. "Pues sí me estoy animando... pero no sé..." Entra Ikeda-san. "Hero... good aftaanoon. Oh, you havingu sandoichi again? You rike very much sandoichi, ne? hahahaha". Le contesto en japonés. "Yasashikute, kantan des..." No es mi comida favorita, pero es barato y fácil de preparar. "Ryokou no tame okane wo tamarimasu..." Juan complementa. "He saves money for travel, I for dancing!" Los tres nos reímos.

Juan sigue platicando de sus bailes mientras termino mi sandwich y empiezo mi banana --perdón, plátano. Tokuno-san termina de comer, enjuaga su cajita de bento, y se despide calladamente. Terminamos de comer, lavo mi tupper, y regresamos al laboratorio.

Hago un par de pruebas más con lo que logré hoy. Le pongo un segundo plano; puedo controlar el plano inferior y el superior con dos sliders separados. Con un slider doble. Pongo planos a los lados. Y al frente y atrás. Ahí está mi paralelepípedo completo. Pruebo a moverle la k a la ley de Hooke que define los planos. Más suave. Más rígido. Suficientes pruebas. ¿Qué hay de nuevo en Twitter? Rigo comparte un paper sobre sensores biométricos. Esdras se queja de que no entiende nada y presume que está leyendo plácidamente en Starbucks. Carlos menciona algo sobre una expo de anime. Jorge le contesta. Trato de entrar a la plática mencionando lo poquito que sé del tema. Intento regresar al proyecto. Ya me aburrió por hoy, no hay realmente mucho que hacer hasta que regrese el sensei. Le escribo un mail a Coibita San. Reviso mi itinerario para Nagoya para el fin de semana. Regreso al Twitter. Manuel se queja de que su query hace tronar a Google cuando pide más de 1000 resultados. Le contesto "@medinamanuel Si nos rompes a Google, tú lo vas a pagar, eh?". Abro Google Reader. Me pongo a leer algo del Ninja Peruano.

Ikeda-san interrumpe mi lectura. "コーヒーが入りました。。。Purees come have some coffee, ne". Hora del café.

Esta vez llegan a la sala de juntas también Mizuhara-san, Yano-san, y Ashida-san. Om no está, se fue a ver a su familia en Corea. Seguro regresará con chocolates extraños como siempre. Ikeda-san saca la botana. Hoy no hay nada bueno, sólo los "dulces" tradicionales japoneses de arroz. No gracias. Juan sí agarra uno. "A ti estos no te gustan, ¿verdad? Si son buenos..." Todos los demás empiezan a platicar en japonés, yo trato de ponerles atención. Saco el NintendoDS y abro el programa del diccionario por si se necesita. Entiendo algunas ideas. Los condominios que están construyendo... muy caros... Tsuchiura más barato... Tsukuba de moda... el edif--"Yo creo que voy a ir a bailar a Kashiwa otra vez este sábado. Ah, ya te había dicho ¿verdad?" Trato de contestarle a Juan decentemente pero de alguna manera que capte la idea de que estoy tratando de entender lo que ellos dicen. Busco una palabra en el diccionario mientras le digo "Sí deberías animarte a las clases". Sigo poniendo atención al japonés. Tarda mucho tiempo desde Tsuchiura hasta acá...

La plática sigue un rato hasta que, después de otro par de interrupciones de Juan, le pierdo el hilo. Ashida-san mira el reloj, y decide que ya tiene que irse. Los demás también se empiezan a poner de pie. Ikeda-san me pregunta "You undaastood what we wera talkingu?" --Maa-maa... "I see you paying attention and wiz the jisho, ne". Abro la tapa del escurridor de trastes y tomo mi tupper. Ya está seco y calientito.

Regresamos al laboratorio. Voy a lavarme los dientes. Regreso. Ya me aburrí por hoy. Me meto a tutoriales del LabVIEW y a zone.ni.com a ver qué aprendo de nuevo. Me pongo a leer blogs en Google Reader. Sigo la conversación de los #MexInvJpn en Twitter. Regreso al LabVIEW. Checo mi correo. Le hago unas modificaciones al programa en C. Checo mi correo otra vez. Checo el Twitter. Reviso lo que llevo de la documentación. Hago unos diagramas nuevos y agrego algunas capturas de pantalla. Regreso al Google Reader.

Suenan las campanitas otra vez. Hora de la salida. De nuevo la grabación --ya casi me la sé de memoria-- de que apaguemos las luces y las computadoras si no se están usando. Juan ya apagó todo. "¿Vas a agarrar el bisteck hoy?" --"¿Me lo vas a ganar?" En lo que cierro el LabVIEW, Juan ya se fue. Tokuno-san se despide tímidamente. お疲れ様でした... Yo sigo en la computadora. Le hago un par de comentarios en Twitter a Felipe, y otros a Manuel y a Rigo, y cierro. Me despido de Yano-san mientras guardo mis cosas. Otsukaresama deshta... --はい、お疲れ様。。。Me despido de Ikeda-san. Otsukaresama deshta! --お疲れ様でした、see you tomorow... 

Bajo las escaleras, salgo del edificio. Ya está oscureciendo. Pongo mi mochila en la canastilla de la bici, abro el candado y me monto. Me abrocho el iPod (Shuffle) a la playera, me pongo los audífonos y le pongo Play. Arranco. Recorro el pasillo despacio porque hay gente caminando. Cruzo la caseta del policía y giro a la izquierda. A subir el puente peatonal de una vez... la subida es pesada, y la bajada con brusca vuelta a la izquierda también. Por toda la avenida hasta el Lawson. De regreso siempre se me hace más largo el camino. Suena una canción que no ubico, seguramente del soundtrack de Smash Bros. Brawl. Por la diagonal en el Lawson. Cuidado con el coche que pasa. Sigo pedaleando, y sigue anocheciendo. Activo la lámpara. La bici pone algo de resistencia. Le subo el volumen a mi música para que no me estorbe el gruñido del generador. Suena "Kilómetros" de Edgar Oceransky; se la voy a dedicar a Coibita San.

Para cuando llego a los primeros campos de arroz, ya está totalmente oscuro. A la mitad del camino, lo suficientemente lejos de la calle en cualquier dirección, me detengo. La lucesita de la bici vuelve a dormir. Paro el iPod, me quito los audífonos. Volteo a mi alrededor, apenas se ven las luces de la calle y algunas casitas a lo lejos. Miro hacia arriba y contemplo las estrellas. Disfruto del completo silencio por un par de minutos, mientras el olor de campo y la leve brisa me recuerdan lo afortunado que soy por la vida que estoy viviendo en este momento. De nuevo miro hacia atrás, miro hacia adelante. Me observo rodeado de sembradíos de arroz y hago consciente que estoy viviendo en Japón. Respiro profundo.

Me vuelvo a poner los audífonos, pongo play y vuelvo a pedalear. La lucesita revive. Sigo pedaleando.

Las luces de un coche me iluminan al salir del túnel. Algunas hierbas rozan mi pie derecho. Un perro me ladra desde adentro de su casa. Una anciana me observa pasar desde su jardín, le hago una pequeña reverencia con la cabeza y sonríe. Las últimas vueltas junto a los bambús, y ya se ven las luces del JICA.

Entro al estacionamiento. El chofer está junto al autobús, regresando de su última ruta. Konbanwa! Estaciono la bici, saco la llave del candado, tomo mi mochila. Mientras guardo los audífonos, miro hacia arriba, ya se ve mucha gente por las ventanas del comedor. Entro y me registro con el policía. Tadaima! --はい、お帰りなさい。Le entrego la llave de la bici y le doy las gracias. Arigato gozaimasu!

Paso con los de recepción a recoger la llave de mi cuarto. Tadaima! --お帰りなさい。El chavo me entrega la llave sin que le tenga que decir el cuarto. Ya nos conocen a todos. También está Kitaura, que sigue avanzando con su español. Buenas noches! Se acerca en ese momento al mostrador Sergei, de Mongolia. Hello, my friend!

Cruzo el pasillo, entro al elevador. 5. Salgo, paso junto al cuarto de lavado, donde una lavadora está pitando para anunciarle a alguien que ya está lista su ropa. Sigo recorriendo el pasillo, que hace unos meses tan oscuro y frío me pareció la primera vez, y que hoy ya es mi casa. Llego a mi cuarto. 526. Dejo mi mochila, tomo la Meal Card, y paso al baño. Mientras salgo otra vez al pasillo, alcanzo a escuchar el teléfono que suena en el cuarto de enfrente. Bajo al comedor.



Ya hay mucha gente. Paso a tomar las fichas. Efectivamente la ficha del bisteck --sólo preparan uno cada día-- ya me la ganó alguien, probablemente Juan. Todavía quedan las 3 pizzas, número 13. Tomo una. Una de arroz, y una de jugo+banana (siempre tenemos que consumir un plato principal y dos acompañamientos, supongo que para gastarnos los 600 yenes diarios al menos.) Paso a caja. Konbanwa!  Hoy atiende Miwa-chan, que también ya va avanzando con su español. Me recibe sonriente como siempre. Buenas  nochesu. ¿Cómo  está?  Le contesto claro y pausado mientras le entrego mi tarjeta del comedor. Muy  bien,  gracias,  ¿y  tú? --Bien,   tanbién. --Jouzu desu ne! --No, sóro puedo poquito... Toma el micrófono para anunciar mi orden en la cocina, pero se oye en todo el comedor. ピザ、ライス、オレンジジュースです!Marca mi tarjeta y me la regresa, y me da la charola. ¡Muchas  gracias! -- De  nada...

Paso al mostrador de la cocina. Hoy está el señor sonriente. Konbanwa! Piza to gohan desu... Le muestro mi ticket. はい、ピザ。。。ライス、オレンジジュースですね。Le pido que me cambie la banana por un segundo jugo. Me entrega el arroz y mis dos vasos de jugo de naranja, y me da un número para esperar la pizza. ピザは、ちょっとお待ちくださいね。。。

Voy y me siento junto con Álvaro y Javier. ¡Hey, tocayo! ¿Cómo te va? --Bien, bien, ¿y a ustedes? --Nada, nada, aquí contándole a Álvaro que sha pronto van a llegar más latinos...

Platicamos del clima, de la comida, de la gente que llega y se va, del cubano que ya no se junta con nosotros, --ya me traen mi pizza--, de Miwa y Kitaura que están aprendiendo español, de nuestras teorías de por qué sólo hay un bisteck, y quién se lo habrá comido hoy, de si se siguen escuchando noticias de la influenza, de que si no tienen ningún sentido --ellos son veterinarios y están estudiando el virus la gripe aviar o algo así--, y luego ellos platican de sus profesores, y de que si la próxima semana van a ir a Kobe por su curso. Unos recién llegados --parecen africanos-- observan la vitrina de los platillos, y observan confundidos las fichas numeradas. No entienden la regla de un plato fuerte y dos pequeños. Platicamos de eso también. Luego entra el tema de cómo están las cosas en Paraguay, en Argentina, en México. Que si el Skype funciona, que si el internet del centro se corta mucho. Preguntan por mi novia. Llega Juan --no, no fue él quien me ganó el bisteck-- y nos habla de que si queremos ir el sábado a bailar a Kashiwa o a Roppongi. No, pero mañana después de la cena nos tomamos unas cervezas acá junto en la salita. Por hoy ya todos quieren descansar.

Subo a mi cuarto. Me asomo al cuarto de lavado. Será mañana cuando eche ropa a la lavadora, hoy todas están ocupadas. Una secadora otra vez se está azotando, seguro el filtro se volvió a zafar. Conforme camino por el pasillo --mi cuarto está casi al fondo-- se escucha a través de las puertas. Gente hablando por Skype, gente escuchando música, teléfonos que suenan, más música. Todo en idiomas incomprensibles. Por ahí alguna televisión en japonés y otra en inglés. Llego a mi cuarto.



Prendo la computadora, abro el Firefox y el Skype, a ver si está conectada Coibita San. Sí está, pero me dice que estuvo haciendo mucha tarea y está muy cansada. Nos conectamos sólo para darnos las buenas noches. Prendo la tele, busco las noticias para tener algo de ruido. Voy a lavarme los dientes. Tomo el Nintendo DS, me acuesto en la cama mientras me pongo a jugar New Super Mario Bros. Después de un par de niveles, verifico el timer de la tele y el despertador. Apago la tele. Tomo el teléfono, y marco 9, 0-7-0-0 para programar el despertador a las 7am. Conecto el cargador del DS, apago la luz, me meto a la cama y sigo jugando Mario. 

Varios niveles después, ya me está venciendo el sueño. Lo apago, lo vuelvo a prender y pongo el programita de despertador. Lo pongo en la cabecera. Cierro los ojos.

6 comentarios:

El mecartistrónico dijo...

NOTA: Puede que algunos datos no sean precisos. Puede que las horas estén mal, o los temas de conversación nunca hayan pasado así. Me tomé la libertad de escribirlo según como lo recordaba, un par de años después, tratando de no tener que ir a verificar datos.

El mecartistrónico dijo...

Nota 2: sí, todas las fotos las tomé yo y son de los lugares que describo.

El mecartistrónico dijo...

Anexo A: Mapa de Tsukuba, mis rutas y lugares

Rigo dijo...

Muy buen post, por unos momentos pude acompañarte en esos días. Aunque cotidiano para unos, para los que no lo vivimos resulta bastante interesante. Y muy adhoc, precisamente, ayer y hoy estuve en Tsukuba y fui al monte Tsukuba. Quizás en uno de mis trayectos pasé por alguno de los tuyos.
Buenos recuerdos... sí... dentro de poco yo estaré escribiendo algo similar.
¡Saludos!

Sdlion dijo...

^_^
me encantó,
fue como uno de esos capítulos de esos libros que logran meterte en esos días que pasan... que pasan sin que nadie más lo sepa, menos uno, para quien lo es todo.
Gracias por compartirlo!

Anónimo dijo...

Wow, hace rato escribí un correo con una frase que mencionaba lo de la canción kilómetros de cielo y después de enviar el correo empecé a leer tu relato y allí mencionas justo esa canción...gracias por compartir "un día cualquier 2009", me agradó bastante compartirlo contigo al leerte...