(Publicado originalmente en Extranjeros en Japón)
"Extranjero" en japonés se dice gaikokujin 外国人 (literalmente, "persona de país exterior"), aunque para abreviar normalmente se dice gaijin.
Cuando llegué a Japón, me sorprendió que la mayoría de los japoneses me trataron de manera muy amable. Sin embargo, de un tiempo para acá, no sé si mi humor ha estado diferente y veo más las cosas malas, o efectivamente la campaña del Mr. James ha surtido efecto y ahora los japoneses nos vuelven a ver como inferiores, pero el caso es que de alguna manera he sentido que esa amabilidad ha bajado. (A pesar de que yo no me pongo el saco de Mr. James y me parece gracioso e inofensivo. Pero vaya que ha salido al tema).
De alguna manera, después de siete meses aquí, de sentirme ya adaptado a cómo se hacen las cosas, de repente siento que Japón me dice "No, no eres de aquí, gaijin." Sólo de repente.
Sin embargo todavía me defiendo y a veces les doy la vuelta.
Tsukuba, la ciudad donde vivo, se conecta a Tokyo por medio de la línea de trenes JR Joban, y una nueva que hicieron hace apenas cuatro años, llamada Tsukuba Express (TX). Esta última es más rápida que la Joban (y llega justo al centro de la ciudad, no como la Joban que está en las afueras), por lo que es bastante transitada. (Los trenes locales --paran en todas las estaciones-- tardan 55 minutos de Tsukuba a Akihabara, y los express --se brincan algunas estaciones-- tardan 45).
Acá en Japón es normal que en cada tren te encuentres dos o tres disposiciones diferentes de asientos en diferentes vagones. Para el caso del TX, hay unos vagones que tienen los asientos en pares encontrados (grupos de cuatro, dos viendo hacia adelante y dos hacia atrás... ¿me explico?).
Hace un par de semanas, llegué al TX con mi mochila y mi bolsa del konbini, con un sándwich, un onigiri y un jugo en cuadrito que acababa de comprar para cenar. Me senté en uno de los asientos que describo arriba; el asiento de enfrente y el de al lado estaban vacíos. En los asientos del lado opuesto del vagón estaba una familia japonesa; mamá, papá e hijo, como de unos 10 años. Se veían agradables. Los papás iban bromeando algo con el niño, que compartía sonrisas discretas. Puse mi mochila en el piso entre mis piernas. Saqué el jugo y lo puse en el asiento al lado mío. Traté de acomodarme la bolsa de plástico sobre las piernas para prepararme a abrir el sándwich, de manera que todas las migajas cayeran sobre la bolsa y no ensuciara el asiento. Mejor de una vez saqué el onigiri, y lo iba a poner sobre el asiento de al lado también, pero luego me acordé de sacar el popote, y pensé que al abrir el jugo a lo mejor se iba a caer, entonces si mejor lo sostenía entre las piernas....
La familia de enfrente me empezó a ver como diciendo "Ay, este pobre gaijin, mira qué relajo trae, seguro va a dejar todo sucio...)
Y entonces me acordé. "¿Para qué sufro, si aquí tengo mesita?" Alguna vez vi que un japonés (creo que era un niño) sacó una pequeña mesita del descansabrazos del asiento. Casi nadie las usaba, pero sí, ya alguna vez la había sacado yo también. Así que saqué la mesita y ya acomodé mejor mis cosas.
Como decía mi abuelita, "Soy guarín pero me fijo..." Bueno, en este caso sería "Soy gaijin pero me fijo..."
(No tengo ni la más mínima idea de qué significa guarín, pero así decía mi abuelita.)
Saqué la mesita y acomodé mis cosas. Y de reojo vi cómo papá, mamá e hijo me miraban sorprendidos y maravillados por lo que acababa de hacer. Con algo de risa, y quizás algo apenados por la opinión que hubieran podido tener de mí antes, abrieron los descansabrazos de sus asientos para ver si también había una mesita escondida, y se pusieron a estudiar cómo se sacaba. Oooooh.... sonrieron sorprendidos de lo que les vino a enseñar el gaijin.
Gaijin 1 - 0 Japoneses
El sábado pasado fui a Nikko. Cuando en algún libro de turismo o guía del paseante vean que dice "Si andas por Tokyo, visita Nikko, está muy cerca", por favor tachen esa oración, arranquen la página y quémenla. NO está cerca. Necesitas tener la inteligencia de Albert Einstein y Joan Miró juntos, e incrustada en tu cerebro la base de datos de todos los trenes de las diferentes compañías que pasan por la zona, con rutas, precios y horarios, para ser capaz de llegar a Nikko desde Tokyo; peor aún desde Tsukuba.
Necesitas eso, o preguntarle a Google Maps.
En fin, como no tengo la inteligencia de Miró, le pregunté a Google Maps, cómo ir y regresar. Mi ruta de ida fue arruinada por el chofer del JICAbus, y en vez de tardar dos horas y media tardé cinco, pero para el regreso estaba más preparado que nunca, listo antes de la hora y armado con una poderosa hoja de papel con kanjis, furigana, precios y lo más importante: hora exacta de salida de los trenes que debía tomar.
Llegué a las 17:02 a la estación de Tobu-Nikko, listo para tomar el tren que saldría a las 17:20 hacia Shimoimaichi, donde haría mi primer transbordo. Al entrar a la estación de Tobu Nikko, sólo había dos andenes: p'allá, y p'acá. P'allá decía que el tren iba a nosédónde, y salía 17:27, y p'acá el tren decía otra cosa y salía 17:20, así que me fui p'acá. Ahí encontré un tren estacionado, con las luces prendidas y las puertas abiertas, pero casi vacío. Un par de señores trajeados (japoneses) lo miraban dubitativos, y dudaban si subirse o no. Oí que uno le preguntaba al otro algo como
「下今市に行くんでしょう?」
O lo que es lo mismo, "¿irá a Shimoimaichi?". Yo, tratando de hacerme el héroe (o al menos orgullosamente demostrar que sí medio entendí lo que hablaban entre ellos), me acerqué y les dije, en japonés "Creo que sí va a Shimoimaichi..."
「Oh, you believe...」
Me contestaron en inglés y como que no sabían si confiar en mí o no. Entonces --también para asegurarme yo-- simplemente busqué el mapa del andén y vi que sí, no había de otra, definitivamente iba a Shimoimaichi. Me acerqué de nuevo con ellos y les dije "Sí, sí va.", señalándoles el mapa triunfante.
Ligeramente sorprendidos me dieron las gracias, y caminaron para subirse al vagón en una puerta más adelante a la que entré yo. Mientras se iban, oí que, avergonzados, riendo decían entre ellos algo como "Estábamos tan perdidos que el gaijin nos tuvo que venir a decir..."
Gaijin 2 - 0 Japoneses
Dos horas y cuarenta minutos después, llegué a Tsukuba Center, tal y como lo predijo Google. Faltaban todavía unos minutos para que saliera el camión que me llevaría a JICA, por lo que decidí darme una vuelta por el centro comercial. Como ahí son bien flojos, ya habían cerrado las tiendas (cierran a las 8), y sólo estaban abiertos los restaurantes (hasta las 10). Eso me lo recordó un letrero que estaba atrás de la puerta de cristal que quise abrir y no pude porque estaba cerrada. Unos cuantos caracteres más, que tenían que ver con "abierto" y "por favor", y una flecha que apuntaba para allá, donde hay un pequeño patio y unas escaleras para subir al 2o piso, donde hay terrazas y otras entradas.
Fui, subí las escaleras, y vi que dos chavos se dirigían hacia otra puerta que estaba al final del patio, abajo de las escaleras, que también tenía un letrero igualito al que yo acababa de ver. Para mí mismo dije "Pero si ésa está cerrada, ¿no?" Como no estaba seguro, los dejé caminar... y sí efectivamente, intentaron abrir la puerta que decía que estaba cerrada. La de arriba era la que estaba abierta.
Pero bueno, esa no cuenta porque yo también caí, y a todos nos pasa que no leemos los letreros. Así que lo dejamos en dos.
Nota del autor:
Queridos amigos japoneses: en ningún momento quise expresar que soy superior, ni nada por el estilo. De hecho, ese "0" no debería ser cero, porque innumerables veces he recibido ayuda de japoneses. Este escrito sólo trata de contar mi historia de una manera ligeramente cómica, y sobre todo realza lo que "sí pude hacer" porque ocurrió después de un fin de semana en que no pude hacer muchas cosas, no entendí bien por ser extranjero, y también después de un par de meses en que McDonald's nos ha estado diciendo "Hay extranjeros que no pueden", y que también más de un japonés me ha visto feo por ser extranjero. Así que no lo tomen a mal, ¿ok?
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