"Tú eres hijo único, ¿verdad?"
"Sí."
"¿Cómo lo dedujiste? No es egoísta ni nada así... yo no sabía hasta que me dijo..."
"No, no, no por eso... sino porque como que sabe estar solo... O sea, no necesariamente que le guste, sino que sabe estar consigo mismo. Yo me vuelvo loco a los 5 minutos..."
Recuerdo que durante la adolescencia cuando por alguna razón (normalmente chismógrafos por e-mail) me preguntaban "¿A qué le tienes miedo?" siempre contestaba que a quedarme solo. No quedarme solo en la casa unos días, sino a quedarme solo en la vida. En esos tiempos apenas estaba aprendiendo a hacer amigos (aún me faltaba mucho para aprender a buscar una pareja, aunque yo creía que ya estaba aperndiendo), y ciertamente me daba mucho miedo perderlos. Porque durante la primaria más de una vez me sentí solo, y no quería regresar a eso.
Pero, ¿realmente le tenía miedo a estar solo?
A veces recuerdo eso y me llama mucho la atención. Y me pregunto qué tan real era o es mi miedo a estar solo. A veces me pregunto por qué parece que en mi vida tomo decisiones que van completamente en dirección opuesta a ese supuesto miedo a la soledad. Decidí irme a estudiar a Japón, al curso en el que tendría menos compañeros de estudio. Estando allá, más de una vez decidí irme a turistear por mi cuenta o quedarme en mi cuarto a descansar en vez de, por ejemplo, ir a la sala de la tele a convivir con otros latinos. No me gusta ir a antros ni bares, lugares donde normalmente la gente va a "socializar". Nunca me han gustado las fiestas muy grandes. Me vine a vivir a Guadalajara, alejándome de todos mis amigos y familia. Mientras que la mayoría de mis compañeros en mis mismas condiciones están viviendo con otras personas para compartir la renta, yo por ahora decidí vivir solo. Y decidí trabajar la mitad de la semana desde mi casa, sin las "distracciones" (a veces muy agradecidas) de mis demás compañeros de oficina. Y cuando sí trabajo en la oficina, a la hora de la comida a veces prefiero subir la comida a mi cubículo en vez de sumergirme en el bullicio de la apretada cafetería.
¿En verdad me da miedo estar solo?
Y es extraño, porque sé que hay gente que me quiere, tengo gente a la que quiero, y sé que está ahí. Pero, sí, a veces me siento solo, y me pongo a escribir tonterías en el Twitter a ver si alguien me responde...
Creo que sí; no sólo sé estar solo, sino que valoro estar solo. A ratos.
3 comentarios:
A ratos.
A mi ver, valiosa porque cuando no se escucha nada, es más fácil escucharse, para bien o para mal.
Interesante la persona que lo adivinó.
Supongo que uno se siente a gusto, estando en la manera en que está acostumbrado.
Cada persona se adaptó, y aprendió a sacarle provecho a lo que vivió, no? Algunas.
Bien, ya extrañabamos tus posts
El miedo a la soledad a mí me ha aquejado igual que a ti pero curiosamente me identifico con lo que pones: a pesar de ello, preferí siempre comer sola en los comedores de empleados, recluírme en mi cuarto para leer, estudiar o trabajar, salir a caminar por ahí en mis descansos sin mayor compañía que la mía.
Los antros me causan alergia y las fiestas llenas de gente me sacan roña. Pero a mis 26 años he aprendido que hay de soledades a soledades y que finalmente la soledad no se llena con más gente alrededor. Hay que empezar por sentirse acompañado por uno mismo y después por apreciar las compañías que nos son valiosas ;)
Un abrazo fuerte desde acá :*
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